La Cooperativa de Trabajo Frigocarne Máximo Paz Limitada, una empresa recuperada por sus trabajadores y trabajadoras en la localidad bonaerense de Cañuelas, continúa un camino de crecimiento y proyección productiva.

La recuperación de la planta ubicada en Máximo Paz se dio en el año 2004, luego de un tercer y último proceso de quiebra. En ese momento, las y los trabajadores decidieron impedir que el edificio fuera vaciado, y a través de una Asamblea pusieron en custodia el lugar.

“Tuvimos una reunión con el dueño, que nos planteó que no había posibilidades de abrir la planta, que la tenía que abandonar y poner a remate porque tenía deudas. Ahí decidimos evitar el remate y poner en garantía de las trabajadoras y trabajadores con la cantidad de años que nos debía, y nuestras jubilaciones”, contó el presidente de la Cooperativa, Miguel Saavedra.

El siguiente paso fue entrar en contacto con el Concejo Deliberante de Cañuelas, y luego de la aprobación de la ordenanza, asistieron a la gobernación de la Provincia de Buenos Aires, que estaba bajo el mando de Felipe Solá. Fue en ese momento que decidieron nombrarse como Cooperativa Frigocarne Sin Patrón.

Tres años después, aún con la planta sin producir, la entidad logró obtener sus matrículas y comenzaron un proceso de acondicionamiento del espacio, para luego ponerla en marcha: “Durante esos tres año armamos una ingeniería de poder hacer changas de a grupos, y en base a la solidaridad, de bancarnos los que estábamos adentro”.

Si bien en un principio eran 120 personas, con el pasar del tiempo muchas se fueron alejando por diversos motivos, y únicamente quedaron veinte. Saavedra expuso que “cuando la pusimos en marcha, muchos de los demás volvieron, y ahí incorporamos vecinos y vecinas de acá, amas de casas, compañeros que estaban estudiando que no sabían sobre la industria de la carne, pero que tenían ganas de aprender y acompañar este proyecto”.

“En 2017 nos encontramos que nos sacan la matrícula con el Ministerio de Agroindustria, gobierno de Macri, que deciden en una Mesa de Ganado donde se juntan todos, que las Cooperativas no podían existir en este rubro. Empezaron a meter cláusulas donde nos dejaban afuera, perdimos la matrícula, se nos fueron los materifes. Y pudimos abrir en 2018, después de un año de cuidar la planta, y tuvimos que volver a pasar lo mismo de conseguir planta”.

Actualmente, la Cooperativa cuenta con diez hectáreas de terreno, con un total de 25 mil metros cuadrados, y faenan alrededor de diez animales por día. Sin embargo, a pesar de la recuperación de la matrícula, sus tareas fueron limitadas al servicio de fasoneo, es decir, a no tener animales propios y únicamente trabajar con encargues de terceros.

“Lo que sabemos es que acá tenemos que pelear, resistir, dar la lucha, y saber que podemos saltar las trabas y seguir adelante. Del 2018 a hoy, tenemos una huerta con la UTT de cuatro hectáreas, abrimos una carnicería, y hace un mes abrimos la depostada. Hoy le dimos un valor agregado, y hoy somos 175 compañeros, y la idea es ser 200 en poco tiempo”, afirmó el referente: “Ante las trabas que nos pusieron, estamos generando más puestos de laburo y demostramos que se puede”.

Gestión colectiva

Saavedra, además, expuso el trabajo conjunto que realiza la Cooperativa con otras empresas: “Nos incorporamos al Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, y dentro de las 160 plantas que hay, hay 14 frigoríficos recuperados. Se hizo una Mesa, y nosotros fuimos impulsores de que teníamos que agruparnos y dejar las diferencias de lado, para tener un pensamiento, una política, ideas y propuestas”.

“No solamente generar reclamos, sino propuestas superadoras para poder sentarnos en la famosa mesa agroganadera donde se habla de exportación y producción. Hay que entender que de esta situación económica se sale con propuestas reales”, concluyó.

Fuente: Mundo Hormiga.