En una visita a la ciudad de La Rioja y a Chilecito en el marco del movimiento cooperativo, integrantes entrerrianos de El Miércoles Comunicación y Cultura Cooperativa de Trabajo Limitada, tuvieron la oportunidad de visitar la empresa Agroandina, elaboradora de una variedad de alimentos relacionados con la producción de tomate.

Los cooperativistas entrerrianos tuvieron la oportunidad de visitar esta empresa de carácter estatal. Dicho de forma más directa la empresa tiene al Estado provincial como único socio.

Se destaca que se trata de una empresa estatal que ocupa a 200 trabajadores y trabajadoras de planta y con 300 productores y productoras que aportan la materia prima. En principio es importante resaltar, en este caso por lo menos, la eficiencia de la administración estatal.

Agroandina es una empresa ubicada en Chilecito, importante ciudad de la provincia de la Rioja. Allí se elaboran diversos productos, cuya materia prima es el tomate. Las yermas tierras riojanas soportan un clima muy seco, pero aptas para la producción de tomates. En un clima semiárido y con precipitaciones que oscilan entre 300 y 500 milímetros anuales deben manejar este clima harto difícil, pero cuentan con el asesoramiento de la propia empresa.

Posiblemente para algunos sectores la idea de una empresa estatal suene a herejía. Además, se suele insistir y machacar que el Estado no puede ser empresario porque es necesariamente ineficiente. Los noventa demostraron que la no intervención estatal termina siendo mucho más costosa, como el caso de los ferrocarriles. Ello no supone negar que ha habido empresas estatales fracasadas. También quiebran los emprendimientos privados.

A pesar de estos prejuicios Agroandina logra una eficiencia aceptable. Si bien el objetivo es que la empresa se autofinancie, el Estado riojano aporta un 20 por ciento del presupuesto empresarial.

Trabajan en la planta chileciteña unas doscientas personas. A ello debe sumarse la actividad de los productores de tomate que abastecen de materia prima. El sistema consiste en que cada productor firma un contrato con Agroandina y se atiene a las pautas exigidas por la empresa. En general las pautas están relacionadas con criterios de manejo del suelo, tratamientos fitosanitarios y otras referidas a cuestiones tecnológicas.

En definitiva, son aproximadamente 500 familias quienes trabajan directa o indirectamente en la producción, y no dependen de planes asistenciales. Se suele insistir que a las personas debe proponérseles planes de trabajo y no planes asistenciales. Este emprendimiento estatal riojano cumple con esta propuesta lo que implica al fin y al cabo no solo ganar un salario sino además cierta autonomía financiera para las familias.

Para quienes predican que el Estado no puede producir nada, esta empresa demuestra lo contrario. En la Argentina hay una larga experiencia relacionadas con este modo de producir. Seguramente el caso paradigmático fue la fabricación del harto conocido Rastrojero, que logró tener el ochenta por ciento del mercado de los utilitarios. Sin embargo, el ministro de la dictadura Alfredo Martínez de Hoz decidió cerrarla. El lugar fue ocupado por la multinacional Ford.

En La Rioja hay una veintena de empresas estatales y organizaciones que producen bajo el sistema cooperativo. De hecho, el principal diario riojano es gestionado por El Independiente Cooperativa Periodista y Gráfica de Trabajo, Consumo y de Vivienda Limitada (Copegraf).

Para quienes admiran la política económica de países del primer mundo, es de notar que en Francia el Estado tiene acciones en 81 empresas por un total de 100 mil millones de euros. Entre ellas la empresa Renault. En los últimos años Francia destinó 10 mil millones de euros para financiar a pequeñas empresas que incorporen nuevas tecnologías.

Si lo que se pretende en generar puestos de trabajos, con todo lo que ello implica en materia social, La Rioja aparece como un caso digno de ser estudiado. Además, un ejemplo vivo para refutar algunos dogmas de los fundamentalistas de mercado.

Para quienes predican que el Estado no puede producir nada, esta empresa demuestra lo contrario.

Posiblemente para algunos sectores la idea de una empresa estatal suene a herejía. Además, se suele insistir y machacar que el Estado no puede ser empresario porque es necesariamente ineficiente.

Nota original en El Miércoles Digital: Agroandina: el Estado eficiente