En el departamento de Tunuyán, en la localidad de Los Sauces, un grupo de familias campesinas llevan adelante la finca Mate Cosido, un espacio de producción agroecológica. Algunas de estas familias forman parte de la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST) – Campesina y Territorial y, muchas de ellas, tienen más de 20 años trabajando y produciendo la tierra.

Estos terrenos pertenecían al ex Banco Mendoza, y en el año 2918, la Dirección de Administración de Activos de ex Bancos Oficiales (Daavo), organismo que administra los bienes de aquella institución, lo puso a la venta sin previo aviso.

Luego de aquella decisión, este grupo de productores y productoras presentó algunos recursos legales para impedir la venta. Emilia, productora de la Finca Agroecológica Mate Cosido, contó cómo comenzó el conflicto: “Hace varios años que venimos en un proceso de regularización de la tierra, somos familias poseedoras, vivimos ahí, trabajamos la tierra y con lo poco que tenemos logramos producirla. Hace unos 2 o 3 años el estado provincial, sin decirnos nada, pone en licitación la finca sin avisarle a ninguna de las familias que vivimos allí. Rápidamente nos presentamos en la Daavo, pero nunca hizo nada al respecto, dejando básicamente a las familias ahí en un estado de abandono”.

A su vez, Emilia recordó otras iniciativas que realizaron: “Quienes nos presentamos en la Daavo, hicimos una movida en ese momento, muy grande, donde vinieron muchas organizaciones compañeras a darnos apoyo para decirle al estado que consideramos que la medida adoptada avasalla nuestros derechos. Nunca tuvieron en cuenta las veces que nos presentamos, que hicimos proyectos y articulamos con instituciones para poder acceder a la tierra, para poder tener los papeles y todo lo necesario para mejorar nuestra situación”.

Este año, el poder ejecutivo provincial avaló la venta y la consideró un acto legítimo. Ante esta situación, Emilia señaló: “Pasaron 3 años y nos llega una notificación, un decreto firmado por el gobernador que nos dice que a pesar de todo ese trabajo que venimos haciendo, la venta ha sido bien hecha. Hace bastante tiempo que venimos tratando de visibilizar esta situación para que la gente se entere que el estado provincial nos está vulnerando”.

Años trabajando y produciendo la tierra para vivir

Muchas de las familias que trabajan en esta finca, habitan desde hace muchos años estas tierras y, como explicó Emilia, producen alimentos agroecológicos: “Hay familias que hace más de 20 años están ahí; otras 25 y otras mucho más inclusive. Producimos hortalizas y frutas de estación de manera agroecológica, eso es sin ningún químico. Además, no solo producimos la fruta y la verdura, sino que también le damos valor agregado haciendo mermeladas, elaboramos duraznos, cerezas al natural y también vinos, tomates y conservas”.

En relación a la comercialización, Emilia contó dónde se pueden encontrar sus productos: “Vendemos en redes locales de comercio agroecológico y también en redes provinciales en los locales de la Posta Campesina de la UST campesina y territorial. Ahí pueden encontrar nuestras producciones y conocer no sólo qué hacemos sino también nuestra lucha”.

Por último, Emilia invitó a la ciudadanía a defender el derecho a la tierra para producir alimentos sanos: “Consideramos que es muy importante que las familias campesinas tengan su tierra para producir, porque además de producir alimentos sanos, en el contexto de pandemia, seguimos produciendo, seguimos alimentando al pueblo. Somos trabajadores y trabajadoras esenciales y además cuidamos la tierra y el medio ambiente. Estamos atravesando una crisis climática que tiene que ver también con el uso de agrotóxicos donde no se respetan los procesos naturales. Y la agricultura campesina indígena sí lo hace, por eso es muy importante que puedan apoyar”.

Fuente: Giramundo TV.