Por José Cornejo, director de la Agencia Paco Urondo

Lo conocí a Adrián los últimos tres o cuatro años. En aquel momento, quería que la Agencia Paco Urondo tuviera un programa en la radio. Y gratamente, no nos pedía nada a cambio. Fui a reunirme con él en el departamento que Cooperativa tiene sobre los estudios.

Su escritorio es -me cuesta decir “era”- un caos de papeles y presentaciones. La burocracia que los estados someten a los medios autogestionados. El último tiempo, Fidel se paseaba entre ellos maullando y desordenándolos un poco más. Adrián siempre recibía a sus invitados amontonando carpetas y documentos hacia ambos lados y poniendo dos platos. Milanesas, pizza o hamburguesa, y un vaso de vino.

Como todo compañero de otra generación, siempre pedía un diagnóstico político, el estado de situación. Luego compartía el suyo. Había una letanía allí con esos comerciantes árabes que no pueden ser tu amigo sin antes cerrar un trato.

La formación ideológica de Adrián era amplísima y ecléctica. Desde el gato cubanista hasta las bendiciones papales, era un peronista ortodoxo e izquierdista a la vez. Esto impregnó la línea de la radio. Le dio la primera plataforma radial de Luis D’Elía, y luego ambos rompieron relaciones. Tuvo una visión muy crítica de la gestión de la AFSCA. Bajo la extorsión del macrismo, diluyó el contenido político y abrió la grilla a otros actores vinculados al oficialismo.

Consciente de su finitud, dejó una estructura que lo continúa. La radio, con su referencia instalada (sobre todo en el universo bostero), un equipo eficiente y honesto y la conducción del compañero Martín Cigna. En este momento difícil, le pedí a Martín unas palabras: “Adrián fue el soñador y artífice de una radio que represente los verdaderos intereses de los argentinos y refleje los valores populares. Siempre apostó por los jóvenes. Fue nuestro maestro”.

También reflexionó Darío Díaz Pérez, ex intendente de Lanús. “Si bien era mayor que yo, compartíamos andanzas en el colegio secundario, durante la dictadura de Lanusse. Éramos muy inquietos y muy rebeldes. Nos encontramos en  los mismos fanatismos: el peronismo y el Club Lanús. En el andar se sumó la militancia radial. Donde anduvo, construyó organizaciones para que se multipliquen las voces libres. Lo voy a extrañar discutiendo sobre Latinoamérica, derechos humanos, y su gran cariño por las Madres y Abuelas.”

La verdad es que nos va a faltar ese vaso de vino para pensar estos tiempos tormentosos, Adrián.

Fuentes: Agencia Paco Urondo.