La edición número 5 de Atizar ya circula en la web y redes sociales, bajo la responsabilidad de la Cooperativa de Trabajo Cachalahueca Limitada.

Compartimos a continuación su editorial, Construir comunicación y cultura.

El camino que se abrió paso con las primeras ediciones de la Revista Atizar nos permitió encontrar distintos diálogos entre la agroecología, el cooperativismo y las tecnologías. Esa fue la búsqueda inicial y, a través de ese andar, entre testimonios, saberes, debates, preguntas e historias, llegamos a la primera posta. El lugar donde paramos y nos preguntamos ¿qué podemos construir con todas estas voces?, ¿qué elementos aparecen en esos fuegos atizados?

Sin dudas, tenemos que detenernos a pensar qué hacer para que estos tres ejes que orientan al proyecto ATIZAR se puedan visibilizar, generar incidencia e instalarse en una agenda común. Así, no podíamos dejar pasar la oportunidad de pensar que lo que lo que enunciamos, casi sin decirlo, junto con cada experiencia, es la palabra cultura. ¿Y cómo? A través de la comunicación.

Por eso, el desafío es crear un producto comunicacional, buscando romper lo establecido y promoviendo conciencias críticas, no adaptativas, al estado actual de las cosas. Y así, como proyecto cultural, cooperativo y comunitario, nos debemos preguntar siempre ¿quién es el protagonista y el destinatario de la cultura? Por eso nos embarcamos en la construcción de un material de lenguaje llano, en un formato adaptable a distintos dispositivos, con sus variantes en edición papel. Sin dejar de lado la responsabilidad de realizarlo a través del apoyo del Estado con el Programa Puntos de Cultura.

Entendemos a la cultura como un conjunto de signos, símbolos, prácticas y saberes que se sitúan en un territorio determinado. Entonces, para nosotros, los protagonistas y destinatarios de este proyecto cultural somos los de abajo. De este modo, podemos decir que la comunicación es cultura. Y se enlazan, se entrecruzan y se constituyen mutuamente. Porque es producción de sentido, porque habla entre pares y busca construir comunidad. Una búsqueda colectiva, comunitaria, de trabajadores, vecinos y organizaciones.

Y a través de la comunicación, pensamos en decir, reflexionar, escuchar y, sobre todas las cosas, poner cauces para que ese río fluya. Eso significa que dentro de ese gran protagonista – destinatario están los y las trabajadoras de la cultura y la comunicación. Eso nos lleva a concretar proyectos que nos vinculen con otros, que promuevan las identidades locales, que construyan una cultura popular. Proyectos que busquen profesionalizar la actividad, sin perder de vista las devociones populares, los sentires de las mayorías y buscando poner de manifiesto lo negado de la cultura.