“La Cooperativa la formamos luego de una decisión de hacer un trabajo social y familiar, que comenzó siendo familiar y se terminó haciendo a gran escala. Terminamos teniendo 70 personas haciendo la misma actividad que nosotros, transformándose en una gran familia. El marco de Cooperativa se lo dimos porque tanto nos decían que teníamos que tener algo más armadito, tardamos tres años en armar la Cooperativa, los papeles y todo en regla. Nunca tuvimos una función económica, siempre lo hicimos por un trabajo social, ad honorem, regalamos nuestro trabajo y tiempo a gente que le hace falta en ese momento”, indicó el presidente de la Cooperativa de Trabajo Pueblo Alberdi Ltda., Julio Maldonado.

La situación de aislamiento obligatorio fue el detonante para que comenzaran con su labor social: “El trabajo con el tema alimento comenzó cuando empezó la cuarentena, que vimos que era una necesidad básica. En medio de estar encerrados y con barbijo, nos encontramos que había mucha gente que quería apoyar. Empezamos haciendo barbijos porque era algo que se necesitaba y después empezamos a cocinar. 20 porciones, 30 porciones, cuando nos quisimos dar cuenta de un momento a otro llegamos a 300. Nosotros hacemos el tema del alimento un día a la semana: El sábado lo preparamos en un lugar fijo, el domingo lo distribuimos. Este domingo llegamos a 550 porciones, sabemos llegar a 600 que se dividen en aproximadamente 80 familias”.

Al servicio de alimentos, le sumaron la posibilidad de que estas familias cuenten con vestimenta adecuada: “Los vecinos van llegando, se anotan con nombre, apellido y número de documento, te dicen la cantidad de integrantes que tiene su familia, viene con el tupper y retiran la comida que hicimos ese día. También van al roperito: dos tablones llenos de ropa a elegir que lo ponen en condiciones los chicos, le hacen mantenimiento. En la Cooperativa tenemos jóvenes, después se fueron acercando los padres, algunos compañeros de trabajo, algunos parientes, vecinos que querían arrimarse y se estaban ofreciendo”.

“El trabajo que hacemos y su importancia llevó a que nos reconocieran. El municipio, después de un año y medio de trabajo, nos llamó, nos ofrecieron censar. Los domingos a las 14 hs. se iban porque la gente que viene es mucha. El tema está en la clase media, los trabajadores, la persona común que dice tener trabajo y que piensa que está bien pero no llega a 10 días después del mes, y que no tiene para comer, no tiene para pagar la luz y se transforma todo eso en un problema siendo gastos comunes”, concluyó.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada por Radio Gospel (Río Cuarto, Córdoba).