“La Coop es una Cooperativa de trabajo. Nosotros decimos que es una Cooperativa de editoras porque nos juntamos hace ya casi 10 años a trabajar en conjunto algunas cuestiones particulares, necesidades que teníamos. La necesidad que tod0 editor o editora tiene es la circulación del material que produce, de sus libros, la posibilidad de tener la mayor cantidad de llegada a librerías y también la posibilidad de que nuestros libros, nuestros catálogos, puedan estar presentes en las diferentes y bastas ferias del libro que se realizan en todo el país”, indicó el presidente de la Cooperativa de Trabajo La Coop Ltda., Marcos Almada.

Lejos de ver al libro, a la literatura como un mero producto de valor de mercado, en La Coop aspiran a que el lector encuentre en el objeto una herramienta de comunicación: “En ese sentido, nos unimos, juntamos y trabajamos para constituir una Cooperativa porque entendíamos que era la figura jurídica que mejor nos representaba en un trabajo mancomunado, conjunto, muchas veces de resistencia, resiliencia. Nuestro producto tiene que ver con algo que tiene un valor agregado. Por supuesto es un producto comercial, que tiene que venderse y que cuesta dinero producirlo, pero también tiene un valor agregado que tiene que ver con el carácter simbólico y de usabilidad que tiene el libro, un producto que nace de la imaginación y la necesidad de alguien de comunicar y que tiene que llegar a un otro”.

¿Cómo está compuesta la Cooperativa?: “A la Cooperativa entró gente que estudio letras y gente que estudio comunicación. A veces hay híbridos: Una compañera estudio psicología, por ejemplo. Está la carrera de editores en varias universidades de Buenos Aires, como la UBA, por mi parte mi formación es en comunicación”.

La empresa cuenta con dos sedes físicas de trabajo, las cuales albergan autores de nuestro país y de distintos países limítrofes, tanto conocidos como emergentes: “Tenemos dos unidades productivas dentro de la Cooperativa, como es la distribuidora que se ocupa de distribuir los libros en las librerías, pero también en hacer llegar los libros en las diferentes ferias, y la librería que está ubicada en Almagro, y está especializada en editoriales independientes. Eso no significa que no trabajemos con libros mainstream, con libros de transnacionales, pero nuestro acervo tiene que ver con la especificidad de editoriales independientes de todo el país y de toda Latinoamérica. En la región latinoamericana también hay un gran caudal de editoriales independientes, muy interesantes, y obviamente escritores y escritoras también”.

“Hoy casi ninguna, salvo algunas leyes provinciales. Hay provincias que todavía mantienen algunas leyes de apoyo, pienso en La Rioja, por ejemplo. Estoy un poco de acuerdo con los liberales cuando dicen ‘no hace falta financiar a la cultura’. Yo estoy de acuerdo con eso: No financies a la cultura, no larguen líneas de subsidios, no lo hagan, no hace falta. Sí hacen falta políticas públicas duraderas, sí hace falta una ley del libro, sí hace falta un instituto del libro. Esto lo digo a modo de chiste, pero a lo que me refiero es que, si no querés apoyar y financiar a la cultura está perfecto, pero dales las mismas oportunidades que tienen otros sectores que los gobiernos sí apoyan. El libro es caro en Argentina porque el papel es caro. El papel es caro porque hay un monopolio”, concluyó.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada por FM San Alfonso (Yerba Buena, Tucumán)

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