Destacaron que el modelo de cuidado asociativo viene a traer mayor bienestar tanto para las personas que demandan un servicio como para el equipo trabajador, en un sector históricamente precarizado.

La Cooperativa de Trabajo CuidaCoop Limitada de Formosa se dedica a un amplio espectro de cuidados hacia personas vulnerables, sus servicios van desde niñeces hasta personas adultas mayores, con apoyo domiciliario, o en hospitales y clínicas privadas.

La presidenta cooperativista Hilda Claret Quintoman dialogó con El Portal de las Cooperativas sobre los inicios de la organización y la relevancia del modelo cooperativo en este sector históricamente femenizado.

Relató que el origen de CuidaCoop se remonta al 2015 cuando, quienes luego constituyeron la asociación fundadora, se conocieron en un curso de auxiliar de cuidados gerontológicos dictado por la Dirección Nacional de Políticas para Adultos Mayores en Formosa. “Tuve la suerte de conocer a otras chicas y ahí surge la idea. La mayoría ya tenía experiencia en el cuidado”, indicó y añadió que “no había pensado la figura. Sabíamos poco y nada de cooperativas, pero nos abrió un panorama de que se podía hacer algo”. La referente remarcó que las trabajadoras de cuidado fueron siempre precarizadas, no categorizadas y no están dentro de un marco jurídico que las regule.

Tras encontrarse en el modelo cooperativo y a raíz de otra capacitación, empezaron afianzar los vínculos con el fin de “buscar un espacio para defender el precio, el tiempo” de cada una. “Con el tema de las cuidadoras, hubo uso y abuso, en cuanto al pago y a las horas, fueron muy precarizadas” en empresas privadas, señaló.

Son 50 personas socias fundadoras, y en 2019 obtuvieron su matrícula nacional, actualmente CuidaCoop tiene 62 personas. “Fue larga la lucha”, destacó. “Después empezamos a conocer que habían otras cooperativas que tenían años de experiencia, pero empezamos recabando lo cada una quería”, explicó. “Empezamos a ver que no estábamos solos, que había gente que respaldaba el modelo, y los chicos empezaron a tener más sentido de pertenencia”, agregó.

Claret Quitoman subrayó la importancia de generar empleo “bien remunerado, que (el personal) tenga tiempo para descansar y que no trabajen bajo presión en empresas privadas que precarizan el trabajo”. “Al conocer este modelo, cambió la historia de los cuidados en Formosa. Cuando la comunidad conoce el servicio que presta CuidaCoop, que tiene formación, eso es una garantía”, apuntó.

La presidenta también se refirió a los tres años que tuvieron que esperar para tener la matrícula nacional: “hay mucha deserción porque lo que está esperando es un trabajo”. A partir de la obtención de su documento legal empezaron a insertar laboralmente según el estado de vulnerabilidad, ya que había “varias madres solteras que no podían esperar”, indicó.

La referente de la Cooperativa destacó que prestan servicio a todo paciente que lo requiera, pero “con el tema de la pandemia hemos restringido los servicios en sanatorios clínicas y hospitales, porque la mayoría tiene trabajos en domicilio y no queremos que, por ir a una guardia, pueda ser vía de contagio para nuestros usuarios”. “Suspendimos esa prestación por el momento”, añadió. “También estamos colapsados, así que dimos preferencia a los pacientes que ya teníamos”.

Consultada por tipo de población que solicita su servicio en la Capital formoseña, indicó que es amplio, “dónde haya una necesidad de cuidado, allá estamos”, ya que cuentan con un equipo conformado por cuidadores domiciliarios, asistentes en el arte de cuidar de la primera infancia, acompañantes terapéuticos, entre otros. Sin embargo, comentó que en su mayoría son adultos mayores.

“En el cuidado la feminización es marcada, siempre recayó en las mujeres y no escapa a la realidad de las cooperativas. En la nuestra, hay 12 varones (de 62 personas)”.

En cambio, remarcó que las cooperativas son espacios que “han dado respuesta tanto a sus asociados, como a sus prestadores. Se respetan los tiempos, acá no se manda a nadie, sino que se aplica el consenso. Las cooperativas han sabido cuidar a quienes precisan cuidado y cuidar a los que prestan el servicio”. Es decir, “tiene un doble rol de cuidado”, expresó.

Pandemia y capacitaciones

Cuando hubo más contagios en la provincia, tras el primer año de pandemia “hay muchas familias que redujeron los servicios porque al quedarse en la casa, se hicieron cargo de sus adultos. Hubo una disminución”, explicó la presidenta. Además, comentó que también hubo una demanda mayor de los sanatorios, pero prefirieron preservar su salud y el de sus usuarios y usuarias recurrentes.

Indicó que sólo dos personas que se contagiaron del personal y empezaron a “concientizarse de que si se contagian, son 20 días parados”. Pero por sobre todo, afirmó que “las normas de bioseguridad y los protocolos son efectivos cuando la gente es responsable”.

Por último, se refirió a sus proyecciones a futuro. “Proyectos tenemos muchos, la pandemia ha venido a frenar un montón”. Habló particularmente de las capacitaciones: “estamos en condiciones de articular y de capacitar. No se puede hacer aglomeración y en esta área es importante la presencialidad, no se puede expresar todo lo que engloban los cuidados” en la virtualidad.