En Carlos Paz existe la Cooperativa de Trabajo Albergo Ético Argentina Ltda., conformada por jóvenes con Síndrome de Down y sus familias. Durante la pandemia, se conformaron como organización y abrieron un bar en pleno centro que hoy es atendido por ellos.

Elvia Mella es madre de una de los integrantes de la Cooperativa y explicó que muchos de los jóvenes trabajaban en un hostel que tuvo que cerrar por la pandemia así que “nos pusimos a trabajar hasta que el 20 en septiembre del 2021 ya teníamos todos los papeles en regla y matrícula tanto nacional como provincial”.

Hasta ahora, son 10 familias que se organizan y diseñaron una metodología que garantiza su éxito para la inserción laboral. “La metodología se implementó un poco en base a los conocimientos de cada padre a su hijo, tanto las fortalezas como las dificultades, y en base a eso buscamos profesionales que los acompañen”, detalla. Entre ellos aparecen acompañantes terapéuticos y técnicos en gastronomía.

En gastronomía pensaron una técnica particular “porque algunos no saben leer, no saben escribir, algunos hablan poco o se entiende muy poco, entonces había que crear una metodología nueva para que puedan darse a entender sin necesidad de saber esas cosas”. Así diseñaron una comanda donde el cliente anota su pedido en base a una carta que se muestra, luego eso se lleva a la caja y a las barras donde se sirve la comida y el café. “Es todo curso, capacitación y profesionalismo con gente especializada. No reparamos en buscar gente especializada desde el minuto uno. Por ejemplo, buscamos a una empresa muy exitosa en gastronomía y fueron a darle cursos y capacitaciones por dos o tres meses”, detalla. Incluso, las y los jóvenes se convirtieron en proveedores internos de comida para el bar. Para preparar el café también se capacitaron: “Vinieron los chicos de Café Ruiz, los capacitaron y hasta que no aprendieron no se fueron”.

Son personas con derechos

Mella reflexiona también sobre las posibilidades que se les abrieron a las y los jóvenes con la inserción laboral: “Algunos se emocionan mucho. Pudimos adaptarnos a las circunstancias. Ellos son muy responsables, se han capacitado muy bien y toman con mucha seriedad su tarea. Nos van demostrando que el límite solamente se lo ponemos nosotros por cuestiones de protección, los subestimamos”. Y agrega: “son personas con los derechos que tiene cualquier ser humano, de hecho, a mantenerte, a comer, a elegir sus cosas y no por una pensión de discapacidad. Él tiene derecho a ir y comprarse el pantalón que le gusta, la comida que le gusta, te hablo de lo básico”.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada por Radio Empresaria (Florencio Varela, Buenos Aires).