Levantaron la planta ubicada en el centro de San Elena y la llevaron a las afueras.

La Cooperativa de Trabajo Comunitario Cooperse Limitada, de Santa Elena, se dedicada a la producción compost orgánico. Una decisión política los obligó a trasladar hacia las afueras de la ciudad a las cunas de compostaje que tenían armadas tras muchos años de trabajo. El cierre de ingreso y egreso a la localidad les complicó el proceso productivo.

Uno de sus integrantes, Jorge Ruiz Díaz, explicó a El Portal de las Cooperativas como “la están luchando” para reconstruir toda la cadena productiva.

“Teníamos todo armado, estábamos en el centro de la ciudad, en febrero del año pasado nos llamó el Intendente a una reunión y nos dicen que ellos pensaban que podíamos contaminar el medio ambiente con lo que hacíamos, y es totalmente al revés, nosotros lo favorecemos; si lo que se descompone larga olor significa que el proceso está mal hecho, lo que hacemos no debe largar olor ni juntar roedores ni nada”, explicó.

“Igual aceptamos el planteo y nos fuimos afuera de la ciudad, íbamos a armar las 10 cunas que teníamos, que generaba una importante producción ya que cada una tiene 6 metros de largo por uno de ancho y casi un metro de alto, eso genera 600 bolsas de 2kg”, detalló.

Pero luego llegó el coronavirus y todo cambió para mal, “cuando en marzo del año pasado se declaró la pandemia clausuraron el ingreso y salida de la ciudad y se nos complicó. Hoy tenemos cinco cunas armadas. En marzo saldrán las primeras producciones de las cunas y ahí veremos cómo estará la venta”.

Trabajan con diferentes viveros de Paraná, “son los que tienen mayor demanda porque al público se complica venderle”, contó Ruiz Díaz.

“La idea es exportar pero para eso debemos pasar a un nivel industrial, tenemos que conseguir un terreno que tenga agua y cerrado para que podamos ampliar”, anticipó.

Están funcionando desde 2013, “si bien hemos crecido pero no lo suficiente para tener mayor estabilidad”.

Hoy son 22 socios y socias los que constituyen la Cooperativa. Reconoció que con lo que producen no les alcanza para atender los pedidos, “hoy tenemos una demanda de 30 mil bolsas y no podemos satisfacer el mercado porque nos falta producción”, explicó.

Las lombrices

“La materia prima son las lombrices californianas que las conseguimos a través del INTA, nos dieron una buena cantidad, la segunda materia prima es el rastrojo de la zona. Acá hay una cooperativa agropecuaria que trabaja con los granos y todo eso, cuando limpian nos dan ese rastrojo, también se consigue la bosta de diferentes lugares para el compostaje. Se vuelca en la pileta, se lo deja estacionar, eso levanta temperatura que sería el biogás. Después se incorporan las lombrices, en 15 días se comen los 6 metros”, explicó sobre la evolución del trabajo.

El cooperativista ahondó sobre las lombrices y el rol que cumplen, “para producir la lombriz tenés que darle alimentos que lo comen en comunidad, tenemos una cuna de un tamaño de un freezer, que es la cuna de criaderos de lombrices donde se le tira cáscaras de zanahorias, cáscaras de papas, un mamón, etc. Por ejemplo empiezan a comer el mamón, y lo hacen todas juntas y van dejando los huevos, cuando más alimentos tienen más cantidad de huevos producen. Si comen medio kilo de alimentos te reproducen medio kilo de lombriz. Son como unas mascotas, el encargado de darles de comer es mi hijo, va él y salen todas arriba, voy yo y tengo que escarbar para que aparezcan, se ve que lo detectan y salen”.

También contó que una lombriz vive un año aproximadamente, esa es su vida útil. No lo alimentan con ningún producto que contenga ácidos como por ejemplo las naranjas o cebolla, porque las matan.