La experiencia asociativa de Villa Don Alberto continúa generando salidas laborales y, además, con recursos y gestión propia sostienen un merendero móvil.

La Cooperativa de Trabajo Villa Don Alberto Limitada se creó en 2015 con metas claras tanto laborales como solidarias. Actualmente hay 14 personas trabajando y los rubros que mayor ingreso aportan son los de construcción, así como el desmalezado y limpieza de espacios públicos en los barrios de Resistencia.

Además, cuentan con un salón comunitario donde se trabaja con familias e infancias en espacios de apoyo escolar o de contención por adicciones. Teniendo en cuenta que Villa Don Alberto es una barriada muy amplia de la capital chaqueña.

Hubo “una expectativa de trabajar en conjunto con personas (vecinas) y distintas problemáticas”, para ayudar “a vecinos que eran gente adulta que está sola y, también, con la expectativa de buscar trabajo para quienes no podían conseguir”, explicó Teresa Cáceres, presidenta de Cooperativa Villa Don Alberto a El Portal de las Cooperativas.

Sin embargo, la labor social principal de la Cooperativa es el sostenimiento del merendero móvil y del “comedor, las veces que se puede porque lo hacemos a pulmón”, comentó Cáceres.

La presidenta cooperativista indicó que el proyecto se llama “merendero móvil”, ya que en la zona no hay tantas niñeces, por lo que se mueven a otros barrios populares el 8 de enero, Facundo y 10 de Mayo. Entre las tres barriadas, asisten alrededor de 180 niñas y niños.

Sobre la forma en la que mantienen a pie la merienda, señaló que “vamos juntando con los trabajos de construcción y lo que queda de plata, compramos lo que se necesite”. Además, el Ministerio de Desarrollo de Chaco le brinda módulos de mercadería.

En la zona barrial, trabajan en conjunto con otras organizaciones, como la Fundación Lucía, por lo que la cartera social les brindaba copeo de leche y bolsones para 40 chicos, “pero ahora se cortó (ese aporte), igual tratamos de manejarnos”, añadió.

Consultada por este medio sobre si hubo mayor número de niños y niñas que acuden al merendero tras la pandemia, aseguró que sí, “en algunos lados, creció”. Aunque, también “las madres por la pandemia deciden no mandarles al merendero, pero los chicos tienen necesidades”. “Es muy burocrático todo, deben firmar planillas, y algunas personas desconfían, sumado a que hay mucha gente que se maneja mal”, agregó. Cabe remarcar, que la referente se refirió a este método porque la cartera social provincial brinda módulos a escuelas y organizaciones sociales, quienes se encargan de distribuir en el territorio, luego deben rendir esa distribución a través de planillas que confirmen la llegada a las familias y justifiquen que se vuelva a distribuir.

“Nunca dejamos de trabajar. Los primeros días de marzo de 2020 paramos un poco, pero luego tuvimos que seguir en burbujas”, expresó y remarcó: “Es muy burocrático, mucho papeleo y gasto. Entonces tuvimos que parar” por un tiempo.

Lo textil

El año pasado, la Cooperativa presentó un proyecto para un beneficio económico de una línea de Desarrollo Social de Chaco. Este monto, brindado en cuotas mensuales, les permitió expandir un rubro nuevo al que apuestan a futuro, el textil. Cáceres contó que compraron máquinas de coser y hacen almohadones, cortinados y, en 2020, realizaron gran cantidad de barbijos.

Por último, destacó que su próximo objetivo es poder adquirir máquinas de bordar, que le permitirán tener una “salida laboral bastante amplia, podes trabajar con distintas entidades porque podemos hacer logos, entre otro”, comentó. Dijo que hay mucha expectativa de seguir generando trabajo y esperan elaborar un próximo proyecto que les permita acceder a estas máquinas que son muy costosas.