En el norte de la provincia de Córdoba, a 120 kilómetros de la capital provincial, se encuentra la Cooperativa Apícola de Ischilín Ltda., donde la producción apícola encontró su espacio en los montes nativos cordobeses. El presidente de la Cooperativa, Gabriel Eduardo Cossutta, contó su historia, los desafíos que enfrentan y las oportunidades que están surgiendo para los pequeños productores apícolas de la región.

La Cooperativa nació en 2006, como parte de un proyecto más amplio que incluía el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), que brindó fondos para la creación de una sala de extracción y fraccionado de miel. “El municipio nos donó un viejo frigorífico, que los socios restauraron, y con el apoyo de ONUDI, compramos maquinaria de acero inoxidable de nivel exportador”, relató Cossutta.

Este apoyo fue fundamental para que los pequeños productores de la zona pudieran agruparse y acceder a infraestructura de alto nivel, lo que les permitió no solo mejorar la calidad de su producción, sino también dar un valor agregado a su miel. Hoy en día, la Cooperativa cuenta con 43 socios, familias de pequeños y medianos apicultores que manejan entre 30 y 400 colmenas.

La relación entre las Cooperativas y el Estado ha sido clave para el desarrollo de este proyecto. “La provincia de Córdoba, en los últimos años, ha fortalecido su apoyo al cooperativismo, transformando la antigua Secretaría de Cooperativas en un Ministerio de Cooperativas”, señaló Cossutta, destacando que este respaldo les ha permitido avanzar en proyectos de mejora continua.

Uno de los logros más recientes ha sido la obtención del sello de identificación geográfica para la miel de monte nativo cordobés. Este reconocimiento les ha permitido tipificar cuatro variedades de miel: dos monoflorales de algarrobo y mistol, y otras multiflorales, fortaleciendo así el valor agregado de la producción. “Estamos apostando a crear una marca común entre cuatro Cooperativas de la región, con la meta de exportar y mejorar la rentabilidad de nuestros socios”, agregó Cossutta.

A pesar de los avances, la profesionalización del sector sigue siendo un desafío. La mayoría de los apicultores de la Cooperativa manejan pequeñas cantidades de colmenas, lo que les dificulta alcanzar una escala que les permita vivir exclusivamente de esta actividad. En este sentido, el trabajo en red con otras Cooperativas ha sido fundamental. “Formamos la Asociación de Cooperativas del Arco Noroeste de Córdoba en 2009, y hoy contamos con varias Cooperativas en la región, todas con salas de extracción habilitadas por SENASA”, señaló el presidente. Este trabajo en conjunto ha permitido abaratar costos y compartir recursos, beneficiando a los pequeños productores.

Uno de los grandes problemas que enfrentan los apicultores en Córdoba, especialmente en el sur de la provincia, es el impacto de los agrotóxicos en las colmenas. Según Cossutta, en algunas zonas los productores han encontrado sus colmenas completamente aniquiladas por el uso de estos químicos. “Estamos trabajando con la provincia para implementar un sistema de alerta temprana que permita a los apicultores retirar sus colmenas antes de que se realicen aplicaciones de agroquímicos”, explicó.

Además, Cossutta destaca la importancia de apostar por una producción más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada por Radio De la Azotea (Mar del Plata, Buenos Aires).