La experiencia de la Cooperativa de Trabajo Bioregión Ltda. muestra cómo un proyecto ambiental puede convertirse en un espacio de formación, producción y trabajo comunitario. “Nos dedicamos a desarrollar proyectos que tienen que ver con la regeneración del ambiente, el cuidado ambiental y la producción agroecológica”, refirió su referente, Jorge Carante, en entrevista radial.

La entidad, integrada de manera estable por seis personas, combina tareas productivas con procesos educativos abiertos a escuelas, organizaciones y vecinos. El dirigente explica que una parte importante del trabajo actual se vincula con la creación y mantenimiento de pulmones verdes, una línea que busca mejorar la calidad ambiental urbana y, al mismo tiempo, generar conciencia sobre la importancia de los bienes naturales.

Uno de los ejes más relevantes del trabajo que desarrolla el grupo es el manejo de un humedal de 120 hectáreas, ubicado dentro del ejido urbano y gestionado en articulación con otra organización local. Se trata de un predio donde confluyen agua de lluvias y agua tratada, lo que genera condiciones particulares para la flora y la fauna del lugar.

“Es un bajo dentro de la ciudad con una enorme biodiversidad. Funciona como amortiguador de inundaciones y como reservorio de especies nativas”, detalló el trabajador. Allí, la entidad trabaja en la preservación de vegetación autóctona y estudia su capacidad de adaptación frente a los cambios ambientales.

Ese espacio se convirtió, además, en una herramienta pedagógica. “No se cuida lo que no se conoce. Por eso buscamos dar a conocer la importancia de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos que la naturaleza nos brinda”, remarca el cooperativista. Entre esos servicios, menciona ejemplos cotidianos: la sombra, la regulación térmica, el oxígeno o el rol de la vegetación para frenar los vientos y contener excesos hídricos.

El dirigente destaca que el humedal es, también, un lugar para la recreación. Caminatas, visitas guiadas y salidas educativas permiten que estudiantes y vecinos incorporen conocimientos vinculados al territorio. “La idea es integrar saberes y compartirlos. La naturaleza presta servicios que a veces no valoramos hasta que nos faltan”, afirmó el ambientalista.

Según explica, los cambios climáticos observados en los últimos años hacen más necesario que nunca promover este tipo de iniciativas. “Hoy vemos fenómenos que antes no se daban con tanta frecuencia o intensidad. Estos proyectos buscan afrontar esos cambios y ayudar a que la ciudad tenga mejor capacidad de resiliencia”, sostiene.

La organización está conformada por seis integrantes permanentes, aunque se amplía dependiendo de los proyectos. “A veces se suman otras personas, o trabajamos junto a otras organizaciones y cooperativas. La idea siempre es hacerlo en red”, indica el referente.

Aunque se trata de una entidad joven, el presidente destaca que la perspectiva es de crecimiento: “Estamos en la búsqueda de expandirnos, sumar más integrantes y desarrollar más proyectos. Son procesos lentos, pero ya vemos resultados”.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en FM Radio Hit Red Distrital (Monte Coman, Mendoza).

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