A metros de la Bombonera, un grupo de trabajadores y trabajadoras sostienen un emprendimiento surgido tras la crisis de 2001, que hoy vuelve a ponerse en marcha bajo una nueva razón social: la Cooperativa de Trabajo Bechamel Ltda.

“La idea primicia fue elaborar alfajores para ofrecer al turista, dado que es uno de los productos más típicos de nuestro país”, explicó Cristina Mangravide, referente del espacio. Desde entonces, el proyecto pasó por distintas etapas, con logros, obstáculos, y una clara orientación hacia la inclusión laboral.

El origen del trabajo colectivo está vinculado al surgimiento de un merendero en 2003, en plena emergencia social. “Los chicos del barrio quedaban a la deriva mientras sus padres salían a cartonear. Empecé a recibirlos en mi casa, y así nació una primera experiencia Cooperativa que se llamó Los Pibes del Playón”, relató la dirigente social.

De aquel proceso surgió un primer emprendimiento llamado Porteñitos, que agrupó a familias beneficiarias del plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados. La inspiración para replicar una pequeña fábrica de alfajores surgió de la experiencia de la costa argentina, con producción a la vista del público. “Pensamos que La Boca podía ser ese lugar turístico ideal para nuestra propuesta”, dijo Mangravide. Sin embargo, el camino no estuvo exento de conflictos. “Hace unos años, un grupo de jóvenes que se sumó a la Cooperativa quiso apropiarse del proyecto y me expulsaron de mi propia construcción”, denunció. Ante esta situación, y con el acompañamiento de integrantes históricos, decidió iniciar una nueva etapa.

“Volvimos al primer local, al que consideramos nuestra casa. Le pusimos el nombre Poquita Dulce. Estamos reconstruyendo”, detalló. La Cooperativa forma parte de Gestara, una red de empresas autogestionadas que colaboró para que el emprendimiento accediera al programa Banco de Herramientas del ex Ministerio de Desarrollo Social y pudiera volver a equiparse.

Aun así, las dificultades persisten. “No tener casa propia es muy difícil para las Cooperativas. Los alquileres, las tarifas, todo sube. Hoy el desafío es sostener el espacio”, señaló la trabajadora.

Actualmente, la Cooperativa cuenta con un grupo reducido de integrantes, tras la caída de los programas de inserción laboral. “Los compañeros se habían incorporado con el plan Potenciar Trabajo, pero al congelarse, muchos debieron buscar otros ingresos”, explicó. A pesar de todo, el deseo de seguir apostando a la autogestión se mantiene intacto. “El proyecto tiene mucho potencial. Lo que falta es capital. Pero seguimos adelante, con lo que tenemos y con la fuerza de siempre”, concluyó.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en el programa Nuestras Cooperativas, en Show CDC Multimedios (General Roca, Río Negro).

Para seguir leyendo de la Cooperativa de Trabajo Bechamel Ltda.