A la vera de los esteros del Iberá se encuentra la Cooperativa Apícola Eireté Porá Limitada, en el litoral argentino. Con un historial de gran producción mielera la Cooperativa inició sus actividades con 12 integrantes trabajando solo en apicultura. En su momento, con su trabajo llegaron a la exportación de miel a países de Europa en conjunto con otras cooperativas de la provincia, fueron los años florecientes de los trabajadores y trabajadoras.

Pero los años de grandes producciones llegaron a su fin, en palabras de Diana Aguirre, integrante de la Cooperativa, la “decadencia” llegó junto a los cambios climáticos y al uso indiscriminado de los agroquímicos que presentaron una realidad mucho más dura.

“Las inundaciones, la sequía y el mal manejo de los agroquímicos en la zona, no es una novedad en la zona de Loreto, esto es a nivel nacional y mundial. Y para completar 2021-2022 las quemas e incendios afectaron demasiado a nuestra producción y al medioambiente”, refirió Aguirre en entrevista radial.

Los incendios que afectaron a gran parte de la provincia fueron los causantes de la destrucción de las colmenas. El fuego afectó de tal manera al sector apícola correntino que en ese período la producción llegó a cero. Al quemarse el monte nativo, pastizales, eucaliptales, se vieron afectadas las colmenas nativas y naturales de la zona.

Al duro golpe que el fuego les dio, la productora sostuvo: “Más allá del trabajo que realizamos los apicultores con las abejas y el producto final que sacamos de las colmenas (miel, cera, apitoxina, jalea real, entre otros), más allá de todo el beneficio de los productores, nosotros los apicultores de nuestra zona bregamos para que las autoridades concienticen sobre el trabajo de valor que hacen las abejas en nuestro ecosistema: esa polinización que realizan no es poca cosa, y lo llevamos a diario a nuestra mesa. Hacemos llamado de atención para el cuidado de las abejas y trabajar en función de ello para empezar a multiplicarlo nuevamente”, sostuvo la cooperativista

De cara a una nueva y difícil realidad, la Cooperativa Eireté Porá tuvo que repensar la forma de sostenerse: “Había dos posibilidades: dejar la Cooperativa que era algo lamentable, que no queríamos hacerlo, y el otro ver qué hacer en función de la institución y de allí surgieron nuevas oportunidades”.

La nueva oportunidad vino de manos de un grupo de productores de plantas ornamentales, que trabajan en tendaleros o naves para resguardo de plantas. Estos trabajadores se asociaron a Eireté Porá y ahora la cooperativa se compone de 37 asociados y produce plantas y plantines que se comercializan en diferentes puntos del país.

“Esto vino a oxigenar nuestra Cooperativa e hizo que empecemos a trabajar, a revivir y resurgir con este nuevo trabajo. Loreto es la primera potencia en este tipo de trabajo, en la mayoría de los domicilios hay naves con plantas y plantines para comercializar”, respondió Aguirre sobre la economía actual de los y las trabajadoras.

A la crisis climática y económica le hicieron frente con el trabajo asociativo desde diferentes aristas “Para este renacer apícola -como digo yo-, nosotros trabajamos con un grupo solidario, de San Isidro que se llama Espíritu Santo que nos brindaron las primeras ayudas en materiales inertes. También con el Ministerio de la Producción que colaboró con azúcar para las colmenas que habían quedado en pie. Desde la Asociación de Cooperativas estamos trabajando para un proyecto provincial para los apicultores que quieran fortalecer sus colmenares y en el caso nuestro para volver a empezar. Seguimos trabajando con distintas organizaciones para volver a nuestra actividad que amamos y no queremos dejar”, concluyó esperanzada.

Fuente: Radio Empresaria.