En el marco de los 40 años de democracia, el director del archivo Histórico de Cooperativas de créditos y editor de la revista Idelcoop, del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), Daniel Plotinsky, en una entrevista radial recordó la solicitada que salió publicada en enero de 1977 con la firma de más de 30 mil socios y socias de las cooperativas existentes en ese momento, como cajas de créditos. Con el objetivo de salir a mostrar lo que hay en el Archivo, se enumeraron algunos hechos significativos durante los gobiernos de facto.

“Muy poco después de la fundación del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC) empezó a tener enemigos, porque la democracia en el sistema financiero no es algo que le guste al poder”, aseguró Plotinsky. A fines del ‘76 se conoce el primer borrador de la “mal llamada leyes de entidad financiera” presentada por el mando militar y por la cual, surge la idea de resistir, y “ante la imposibilidad de hacer actos públicos por motivos obvios, se piensa en una solicitada”.

“Se piensa un texto donde las y los asociados se dirigen al gobierno dictatorial pidiéndole la permanencia de las cajas de crédito, eso fue una solicitada que firmaron más de 30 mil socios y socias de las cooperativas, se publica enero del 77, fueron 31 páginas, del 17 al 23 de enero, donde salían entre cuatro o cinco páginas diarias con miles y miles de firmas. Esto implicaba un compromiso muy importante, porque en ese tiempo, cada uno tenía que completar una planilla con todos sus datos y se hacía por triplicado”, especificó el historiador.

El Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos nació en 1958, a partir de allí dio un gran impulso al movimiento cooperativo y tuvo diversos momentos en la historia en las que tuvo que organizarse para resistir ante diversas reformas económicas. “Cuando aparece el IMFC había menos de 200 cajas de créditos que tenían una actividad económica restringida y entre fines del ’58 y mediados del ’66 pasan a ser casi mil cajas con un peso económico muy fuerte, eso hizo que tengan enemigos muy pronto y siempre en la manera de resistir esos ataques, en tiempo de democracia, eran con manifestaciones”, relató.

En relación a la solicitada publicada en los medios, el historiador reflexionó que “no es comparable a las Madres de Plaza de Mayo y las luchas de los organismos de Derechos Humanos, pero sí fue un acto de resistencia masivo en plena dictadura que logró que modifiquen lo que iban a hacer. Fue como un empate, porque no se logró mantener las cajas de crédito (se tenían que convertir en bancos), pero tampoco se logró la destrucción del cooperativismo en el sector crediticio, que era lo que querían los sectores del poder”.

A su vez, ante esta resolución del gobierno de facto, trajo toda una discusión al interior del movimiento cooperativo para resolver si aceptan o no. “En ese momento se vio que esto venía para largo y lo que se permitía era un mínimo funcionamiento y no había posibilidad de que sobrevivan hasta después de la dictadura. Fuimos a hablar con trabajadores de pequeñas y medianas empresas para explicarles lo que iba a pasar en sus puestos de trabajo si ese proyecto avanzaba y lo que era el marco general de las políticas económicas y demás. En algunos casos, sumaron su firma, era un compromiso importante”, argumentó.

Plotinsky recordó que él estaba en la facultad en esos años y trabajaba en la caja popular Villa Mitre en Buenos Aires como empleado. “Fui uno de los encargados de explicar a asociados y asociadas lo que estaba pasando, firmé la solicitada e invitaba a firmar”.

Estrategia de resistencia

La medida que recomendó el IMFC para alcanzar los capitales mínimos necesarios fue la creación de bancos regionales, cuando en sus orígenes, las cajas de créditos eran locales. Tomar las decisiones de acuerdo a la antigüedad, el capital, la ubicación, porque no eran los mismos requisitos para todo el país. “No era lo mismo en la zona de Buenos Aires, Gran Buenos Aires y La Plata, que requería más capital que en Rosario, Córdoba, u otras localidades de tipo rural. En algunos casos, siguieron las sugerencias y otras, prefirieron hacer su camino y duraron poco tiempo”, acentuó.

Fueron creados casi 80 nuevos bancos cooperativos y entre estos, estaba el banco Credicoop, que surgió de la fusión de 44 cajas de créditos. Con las diferentes crisis económicas nacionales e internacionales, y en algunos casos por decisiones desacertadas, muchas no sobrevivieron y otras se sumaron a Credicoop. Hoy continúan su funcionamiento 120 de aquellas 400 que habían sobrevivido al periodo del presidente Ongania, en el ‘66”, detalló.

Primer gran golpe

En la dictadura de Juan Carlos Onganía, que fue desde el ’66 al ’70, para el director del archivo Histórico de Cooperativas de créditos el ataque fue más “brutal”. Se inicia con una fake news, la noche siguiente del golpe de estado. “El titular decía ‘El gobierno está en marcha’, habían detenido a los directivos del IMFC por una estafa. Salió en el diario La Razón, que era el de mayor tirada a la noche y el más pro-golpista”, contó.

“Era una noticia falsa que generó desconcierto, pero se pudo explicar, vieron que no funcionó el desprestigio, que había un contacto con el asociado al cual se le podía explicar qué sucedía, entonces comenzaron con normas más duras por caminos técnicos, como la prohibición de la cámara compensadora, que implicó un golpe para el movimiento cooperativo de créditos y allí quedaron cerca de 400 de las mil que había”, afirmó.

La Fundación de Educación Cooperativa es una entidad civil, sin fines de lucro, creada por el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, con el objeto de promover, realizar y estimular la educación y capacitación cooperativa y los estudios e investigaciones destinados al adelanto y difusión de la doctrina cooperativa, de su práctica y de las ciencias y técnicas vinculadas a ella. Inició sus actividades el 12 de octubre de 1973.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada el programa El Prisma, que se emite en Radio De la Azotea (Mar del Plata, Buenos Aires).