En el interior de Santa Fe y Buenos Aires, la Colonizadora Argentina Cooperativa Ltda. de Provisión. de Servicios para Hijos de Productores. Agropecuarios, Productores Minifundistas y Técnicos Agrarios

Cuenta con cuatro décadas de historia para desplegar un modelo singular. Cada proyecto productivo funciona en distintas localidades con independencia. Esta estructura responde a una diversificación geográfica y temática que hace imposible una gestión unificada del día a día.

La lógica es clara: generar arraigo en poblaciones pequeñas mediante el valor agregado. “La idea hoy es generar arraigo en las pequeñas localidades, generar producción, darle valor agregado a las producciones”, explicó la presidenta, Marina Menna. Así, las actividades son tan diversas como los pueblos donde se desarrollan, evitando una fórmula única.

En Pergamino, los asociados se dedican a la fabricación de biofertilizantes. En la localidad de Serodino, el eje está en el procesamiento de nueces pecán, específicamente en su pelado. Mientras en San Genaro opera una planta de fraccionado de miel que el año pasado permitió un hito concreto: la exportación.

“El año pasado hicimos la exportación a EEUU de más de 21 mil kilos de miel envasada”, detalló Menna. Esta operación se realizó en conjunto con otra entidad cordobesa, que aportó la materia prima. Fue un hecho histórico para la región, demostrando la potencia de la colaboración.

“La hicimos en conjunto con otra cooperativa. (…) Si ellos no nos hubiesen tenido a nosotros para hacer el envasado y nosotros no los hubiésemos tenido a ellos con la cosecha de miel, ninguno de los dos hubiese podido lograr quizás la exportación”, reflexiona la entrevistada. La sinergia fue fundamental para alcanzar el mercado internacional.

En Casalegno, la apuesta es por la cadena de la cerveza artesanal. Allí cosechan lúpulo que luego se destina a producir una bebida 100% santafesina. Cada uno de estos núcleos busca autosustentarse, dada la imposibilidad logística de una supervisión constante desde un punto central.

“Al ser tan diverso el tema de producción, se intenta que cada punto pueda autosustentarse y funcionar con algo de independencia”, aclaró la cooperativista. La distancia entre las localidades hace inviable otra forma de operar. El modelo se basa en confiar en la capacidad de gestión local de cada proyecto.

El espíritu de este sistema se contrapone al discurso individualista predominante. “Hoy en día ser productor y trabajar en cuenta propia es difícil”, sostuvo. Frente a esto, proponen una fuerza colectiva donde la suma de las partes es más poderosa que los esfuerzos aislados.

“La suma de las partes siempre genera una fuerza mayor que cada uno por su lado”, afirmó la entrevistada. Un ejemplo práctico es la compra de maquinaria, una inversión inalcanzable para un productor solo, pero viable cuando se unen recursos y esfuerzos a través de este modelo asociativo.

El tesorero de la Cooperativa, Luciano Morello, aporta una visión desde la identidad: “está en nuestros genes el sistema cooperativo”. Para él, esta organización vino a cubrir un espacio que no ocupaban las grandes empresas ni las grandes cooperativas: el de los pequeños productores que buscan agregar valor a su producción primaria.

“(La Cooperativa) Colonizadora vino a cubrir ese espacio que en San Genaro no estaba cubierto: o tenés empresas (…) o las grandes cooperativas. Había un hueco ahí para los pequeños productores que querían dar valor agregado”, analizó Morello. Su rol actual es de apoyo logístico y comercial a los asociados, más que de gestión directa.

El diálogo con el Estado es parte de su historia, aunque hoy se encuentra en un momento complejo. Menna señaló que históricamente han recibido aportes para maquinaria, pero que actualmente “está todo parado”. Considera indispensable el apoyo estatal para impulsar la producción y el arraigo.

“Teniendo en cuenta que ayudando a una Cooperativa ayudás a una cantidad enorme de productores, la lógica te indicaría que (…) es el primer punto donde tenés que apuntar para mejorar la producción, para generar valor agregado en los lugares”, argumenta. El objetivo final es claro: que los jóvenes puedan construir su futuro en la tierra que los vio nacer.

Fuente: Periódico Pausa.