Con 116 asociados y asociadas activos, la Cooperativa de Trabajo Soltrecha Ltda. se convirtió en una referencia provincial y nacional en el cuidado domiciliario de personas mayores y en el desarrollo de un enfoque integral que coloca a los cuidadores y cuidadoras en el centro.

La Cooperativa estructura su funcionamiento en siete áreas de trabajo que permiten una gestión precisa y articulada. La gerencia es la encargada de firmar convenios y coordinar con el resto de los equipos; mientras que el área de coordinación de guardia organiza cada intervención según las necesidades específicas de cada persona y cada familia. Nada se aplica de forma estandarizada: cada caso requiere un plan propio, construido a partir del respeto, la escucha y el conocimiento del contexto.

A esta planificación se suma el área de supervisión, que realiza visitas iniciales y posteriores controles para garantizar que el servicio sea adecuado tanto para quien recibe el cuidado como para quien lo brinda. Allí radica uno de los sellos de la organización: entender que el bienestar del cuidador es inseparable del bienestar de la persona asistida. Por eso también monitorean que las condiciones laborales en cada domicilio sean apropiadas y que las actividades se desarrollen de acuerdo con lo planificado.

La estructura se completa con un área contable, otra dedicada a la formación permanente —uno de los pilares que permitió fortalecer la calidad del servicio a lo largo del tiempo— y un área solidaria que trabaja de manera voluntaria para acompañar a las y los asociados en situaciones difíciles. Recientemente se sumó un espacio de cuidado infantil, inaugurado en agosto, pensado para que las trabajadoras y trabajadores puedan desarrollar sus tareas sabiendo que sus hijos están seguros y acompañados. Este espacio también está abierto a la comunidad.

Quienes reciben los servicios de la entidad suelen destacar no solo la eficiencia y la calidad técnica del trabajo, sino también la calidez humana de quienes lo llevan adelante. Para muchas familias, el impacto es visible: personas mayores que recuperan movilidad, que vuelven a comunicarse, que retoman actividades cotidianas y encuentran un nuevo vínculo con su entorno. Para la Cooperativa, estos resultados reafirman un camino donde el cuidado y el modelo asociativo se potencian mutuamente.

Sin embargo, este crecimiento se da en un escenario complejo. Actualmente, el sector enfrenta la falta de reconocimiento legal de la actividad de cuidado domiciliario, lo que dificulta —entre otros aspectos— la obtención de seguros de mala praxis y la posibilidad de trabajar como proveedores de servicios de salud para obras sociales. Las Cooperativas del país reclaman una legislación que reconozca a los cuidadores como trabajadores de la salud y que permita construir un sistema nacional de cuidados accesible y equitativo. Aunque el cuidado domiciliario fue declarado recientemente un derecho humano, su acceso real continúa siendo desigual, y las cooperativas siguen cubriendo necesidades que el Estado no logra atender.

A pesar de estas dificultades, el trabajo de la Cooperativa continúa expandiéndose. Además de integrar la Red Nacional de Cooperativas de Cuidado, forma parte de la Federación de Cooperativas de Trabajo de Cuidados Integrales de Argentina y participa en espacios internacionales donde comparte su experiencia.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en Radio Kakan (San Fernando de Catamarca, Catamarca).

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