Con molienda propia y empaquetado manual, buscan acortar cadenas de valor y posicionar ingredientes ancestrales como el mistol y el algarrobo en mercados nacionales. El asociado de la Cooperativa de Trabajo Taku Ltda., Agosto Pacci, explica: “Transformamos materias primas de productores zonales en harinas alternativas y sales minerales. Todo el proceso -desde la molienda hasta el empaquetado- lo hacemos en nuestro galpón con métodos artesanales pero profesionalizados”.

El referente destaca el valor agregado comunitario: “Evitamos que los productos viajen cientos de kilómetros para procesarse. Compramos directamente a agricultores agroecológicos y entregamos un producto final con altos estándares de calidad y trazabilidad”. La reciente habilitación municipal les permitió ampliar la venta directa y escalar pedidos a nivel nacional.

El nombre Taku -que significa “algarrobo” en lengua originaria- rinde homenaje a especies nativas centrales en su producción. Pacci señala: “El algarrobo era considerado el árbol madre por los pueblos originarios. Rescatamos ese simbolismo y lo tradujimos en harinas libres de gluten con identidad territorial”. Además de algarroba, procesan mistol, garbanzos, arvejas y sal de las Salinas Grandes cordobesas.

La comercialización se basa en redes sociales y envíos mediante transportistas locales. El cooperativista admite: “Vendemos más fuera de Capilla del Monte que localmente. Mendoza, Buenos Aires y Santa Fe son nuestros mercados principales, aunque ahora con la habilitación podemos recibir público en el galpón”.

Sobre desafíos, Pacci reflexiona: “Buscamos profesionalizar procesos sin perder la esencia artesanal. Equilibrar escalabilidad con calidad es clave cuando trabajamos con ingredientes que requieren moliendas específicas y cuidados especiales”.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en Cadena Nueve (Nueve de Julio, Buenos Aires).

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