Desde la provincia de Mendoza, un grupo de mujeres decidió organizarse para hacer frente a uno de los mayores desafíos que deja el encierro: reinsertarse en la vida social y económica una vez recuperada la libertad. La iniciativa agrupa a mujeres que están privadas de su libertad o ya han salido del sistema penitenciario, con el objetivo de construir un espacio de trabajo y contención.

“El espíritu del grupo es reunir a quienes han transitado o transitan la cárcel”, explicó Rosa Lola Troncoso, una de las impulsoras de la Cooperativa de Trabajo Suculentas Ltda. Su paso por el encierro, entre 2016 y 2019, fue también el punto de partida de una reflexión profunda que luego compartió con otras mujeres. “Durante la condena no dejás de ser madre, hija, pareja; los problemas afuera siguen existiendo, y adentro hay que ver cómo se gestionan”, sostuvo.

Uno de los principales motores que las llevó a conformarse como unidad productiva fue la dificultad para acceder al empleo formal. “Cuando tenés antecedentes penales es muy difícil que te den trabajo en blanco”, señaló Troncoso. Esa barrera estructural las llevó a organizarse y construir una propuesta colectiva, con una clara intención: generar ingresos a través del trabajo, sin dejar de lado la identidad de quienes la integran.

La actividad principal es la limpieza de fin de obra, un oficio que requiere profesionalización, herramientas adecuadas y presencia sostenida en el mercado. “Queremos que nos conozcan como empresa. Es difícil insertarse en un mercado que ya está armado y encima en un contexto como el de la construcción, que está muy parado”, detalló la cooperativista.

Aunque durante el verano lograron mantener cierta regularidad en el trabajo, la falta de continuidad es uno de los desafíos más grandes que enfrentan. “Nos faltan herramientas para ser más competitivas y poder atender espacios más grandes. Lo hacemos de forma casi artesanal, pero con la intención de profesionalizarlo”, agregó.

El nombre que eligieron, además, no es casual. “La suculenta es una planta que, a pesar de toda hostilidad, permanece entera. No digo que seamos bellas, pero sí sólidas. Nosotras también, después de todo, seguimos de pie”, dijo la trabajadora.

Finalmente, señaló cuál es hoy el principal objetivo colectivo: “Nuestro mayor desafío es lograr la continuidad laboral. Si tuviéramos trabajo constante, bien pago, no tendríamos mayores problemas. Eso es lo que todas queremos: trabajo”.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en el programa La Guardia Alta, en Radio Mega Corrientes (Corrientes).

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