Nacidos en el Fuego, cuenta la vida de mujeres y hombres en las ladrilleras entrerrianas. Refleja su trabajo, compromiso y organización en cooperativas. Además, muestra cómo los ladrillos entrerrianos viven en nuestra historia: desde el edificio más antiguo de Entre Ríos hasta la capilla de la Villa 31 de Buenos Aires. “Viven, porque los ladrilleros hacen el mundo”, destacó Germán Giqueaux, director del documental.

Una vez estrenado, el productor se prestó a una charla con El Portal de las Cooperativas, haciendo foco en lo que significó para él y su equipo encontrarse con organizaciones colectivas de esa naturaleza, sus impresiones, virtudes y defectos.

“Nosotros fuimos a hablar con la Cooperativa de Trabajo Fátima Ltda., de Santa Elena (departamento La Paz). Yo había hecho algún trabajo relacionado con Manos Entrerrianas, que es un programa del Ministerio de Desarrollo de Entre Ríos de emprendimientos de la economía social. Entre ellos estaba la Cooperativa Fátima de Entre Ríos, que es la primera cooperativa de ladrilleros de la provincia. Me llamó mucho la atención el trabajo que hacían ahí, porque me contaron un poco su historia, y la verdad que quedé bastante impactado y ahí les dije que algún día iba a venir a contar su historia. Eso fue por allá 2018 o 2019”, contó sobre los inicios de la idea.

No sin un dejo de asombro empezó a desmenuzar: “Cuando surge lo del documental, mientras estábamos eligiendo temas surgió lo de la realidad de los ladrilleros, más que nada por lo que pasaba acá en Paraná. Ellos han tenido un par de conflictos porque los han querido desalojar de las tierras donde están, una realidad compleja que queríamos contar y yo ahí me acordé de esta gente de Santa Elena, que también vienen de una realidad dura. Si bien, a partir de la formación de la Cooperativa, han podido cambiar bastante su realidad”.

Con la fuerza de un testimonio externo de primera mano, el decir de Giqueaux es concluyente: “Eso es la verdad, se ve, se palpa, vos cuando vas ahí te das cuenta de que es otra cosa, no es lo mismo cómo trabajan los ladrilleros en toda la provincia, de cómo se trabaja en Fátima. Ellos están mucho más organizados, tienen diferentes formas de comercializar el ladrillo gracias a la Cooperativa, pueden venderle a las municipalidades con factura, cosa que no pueden hacer en ningún otro lado los otros ladrilleros de la economía social”.

El comunicador puso como ejemplo el de un intendente a quien “le encantaría poder comprarle a los ladrilleros de su ciudad, pero que no podía porque ninguno le podía emitir factura, y como municipio para comprar lo que sea necesitas presentar una factura. Y termina comprándolo a los corralones que ya son otra gente, no podía él comprarle a los productores directos que sí pasa ahí en Santa Elena”

“La Cooperativa trabaja muy bien con los municipios. Esto es lo que en verdad nos llamó a ponerlo en el documental, porque si bien nosotros lo que queríamos contar es la realidad de la mayoría de los ladrilleros, esto de la cooperativa es un caso aislado. De hecho, creo que ahora sí hay otras más, pero fue por mucho tiempo la única Cooperativa de ladrilleros”.

Con el objetivo de impulsar e inspirar a otros ladrilleros a que se organicen, que formen Cooperativas para así poder mejorar sus condiciones de venta del ladrillo, se pusieron manos a la obra con el guión y la filmación del documental, “porque se les va todo su trabajo, porque terminan vendiendo a dos mangos a un revendedor por el hecho de no poder facturar, de no poder trabajar en blanco”, detalló.

El productor resaltó que al estar organizados legalmente además de poder comercializar y negociar, pueden recibir también alguna ayuda del gobierno con herramientas, subsidios también para poder comprar insumos y demás, “eso lo destacan mucho que la cooperativa les ha servido mucho para eso, que también, por ejemplo, nosotros acá en el barrio Los Hornos (Paraná) notamos eso: ellos mismos nos decían de que les gustaría formar una cooperativa por el hecho de que les ayudaría a poder comprar herramientas en cuotas, no tener que pagar todo junto, que es lo que ellos nos pueden”

En el documental queda reflejado que la organización cooperativa le da al trabajo un nivel de organización superior respecto a los tiempos, la distribución de tareas, que en las demás economías familiares es más difícil de lograr, ya que por lo general recae en quien es considerado jefe de hogar.

“Deberían tener mayor flexibilidad”

Giqueaux también se refirió al aspecto negativo que deben enfrentar en el terreno burocrático quienes desean encarar y empezar un proyecto asociativo, y volvió al caso que del barrio Los hornos de la capital provincial: “Ellos están luchando hace rato por conformar una Cooperativa, y no pueden hacerlo porque no tienen un título de propiedad de las tierras donde ellos trabajan, no son dueños con títulos y al ser así no les dan el alta de la Cooperativa”, aludiendo a la matrícula con la inscripción en el organismo de fiscalización.

Por las cuestiones burocráticas y desinteligencias que se generan ante la falta de información, el documentalista abogó porque el estado sea “más flexibles en estas cuestiones, sobre todo de esta gente muy vulnerable, que le es difícil por ahí alquilar un campo. Su trabajo es bastante variable, no es que trabajan igual todo el año, hay épocas del año que ellos casi no producen ladrillos, por ejemplo ahora que se vienen las lluvias y no pueden trabajar. Entonces meterse en la obligación de arrendar un terreno se les hace complicado; no lo hacen porque saben que el día de mañana donde pare un mes el laburo y no puedan pagar el alquiler, les empiezan a generar una deuda que después no salen más”.

Ejemplos a replicar

“Ni sabía que existían las cooperativas de ladrilleros. Y cuando lo vi –en referencia a la Cooperativa Fátima-, la verdad que quedé impresionado. Por ejemplo, gracias a la Cooperativa y a la organización que tienen no solo es que hacen ladrillos, sino que también, por ejemplo, tienen un taller donde fabrican sus herramientas, hacen las carretillas, hacen las palas, hacen los moldes de los ladrillos. Hacen todo eso. Hacen otro tipo de ladrillo también, con otros materiales, de cemento, hacen bloques” refirió Giqueaux.

Además de poner en valor que quienes se integran a una Cooperativa cuentan con jubilación y obra social por el pago obligatorio del Monotributo, agregó: “La vida del ladrillero es sacrificada porque es un trabajo sacrificado, tienen que levantarse temprano y laburar, pero se nota mucho la diferencia en cuanto a las condiciones de trabajo. Uno de los objetivos principales del documental es impulsar, fomentar, que los ladrilleros se organicen en Cooperativas porque es una de las maneras en donde ellos van a empezar a poder ver un poquito otra realidad”.

Para concluir, reconoció: “Esto es algo que también varió un poco en el camino, si bien queríamos mostrar esto, terminó siendo la conclusión del documental: o se salvan ellos mismos a través de esto, de la organización de ellos así sean pequeñas, o estarán esperando que el Estado forme algún parque ladrillero o algo donde ellos puedan ir a trabajar, así sea de empleados o lo que sea. Yo creo que esto de organizarse en Cooperativa es hoy la única solución que tienen ellos de poder cambiar un poco su realidad a través de ellos, sin necesitar por ahí de que la ayuda le venga de arriba desde el Estado. Para poder empezar a poder proyectar un poco mejor, a poder aspirar a otras cuestiones, a otro nivel de vida, sí es un camino, más ahora que se vienen tiempos en los que se ve que el Estado no va a estar presente para ayudar a estas personas vulnerables”.