La Cooperativa Apícola Apidelta Ltda. está ubicada en Zárate, provincia de Buenos Aires. En sus inicios por finales de los ’90 colaboraron con la culminación de una sala de extracción de miel en la Escuela Agropecuaria, y en 2020 regresaron a ese lugar para continuar sus remodelaciones. De esta manera, surgió una dinámica de ayuda mutua, ya que el alumnado tiene la posibilidad de realizar sus prácticas con los materiales de la empresa social, que utiliza el edificio como sede.

El presidente de la entidad, Facundo Gil, contó que fue en ese momento cuando se conformó formalmente la Cooperativa: “Se acercaron veinte productores a los tres o cuatro que quedaban, y ahí se inició esta nueva etapa. Los últimos cuatro años se les ayudó a conseguir sus libros, se los rubricó, y se los inscribió en el INAES”.

Así, pudieron acceder a subsidios que les permitieron comprar maquinaria y mejorar las cosechas, y concretar y sostener una habilitación de cosecha y de fraccionamiento, que llevó a generar valor agregado.

“Hoy, el objetivo docente es ayudar al productor para que crezca y se desarrolle, y tecnificar a los alumnos de séptimo año que hacen sus prácticas profesionales. Cuando se armó la Cooperativa, ese fue el primer fortalecimiento. Después se lo acompañó con lo que son capacitaciones técnicas, en la parte de las exposiciones”, informó.

En ese sentido, Gil indicó que a partir del acompañamiento del INTA, la Dirección Agraria y el Ministerio de Desarrollo, pudieron comenzar a enviar sus producciones al programa Mercados Bonaerenses.

A partir de las recientes resoluciones de INAES bajo la impronta Milei, la Cooperativa se encuentra en un periodo de reorganización, ya que están transitando una evaluación por parte de las autoridades nacionales, que solicitan que normalicen el funcionamiento de la empresa, o su matrícula será dada de baja.

“Es necesaria la relación con el INAES porque es la piedra fundamental para cualquier cooperativa, y la matrícula es importante para cualquier actividad que queramos hacer. Es un error que se va a subsanar porque en tres años la empresa creció mucho. Es muy difícil aceptar que la sociedad perdió el foco y la dinámica de lo que es el cooperativismo”, puntualizó el trabajador: “Hay dos cosas que siempre pasan. El individualismo, y la falta de comprensión del cooperativismo. Y eso es el talón de Aquiles de quienes se organizan”.

Los 22 productores que continúan con sus tareas lo hacen en compañía de sus familias, lo cual reaviva el arraigo y la identidad de la región.

“Por ahí las herramientas en el país están, pero están mal utilizadas. Buscándolas y trabajando, se puede lograr. Hay que profundizar en el cooperativismo lo que es el desarrollo de los cooperativistas, porque a veces falla por las inteligencias propias. Esto no es el azar. Venimos de muchos años de individualismo, y hay que romper con eso”, afirmó.

Modelo de producción

 La principal actividad de Apidelta es la apicultura, una rama particular de la parte agropecuaria, que posee diferencias con otro tipo de trabajo. El fruto de la labor es un producto noble, que aguanta las dificultades y está direccionado al mercado de exportación, y al consumo interno.

“Hoy, la mayor parte es mercado interno, porque abastecen al mercado local de Zárate y hay posibilidad de crecer. Queda la exportación, con un laburo muy fuerte con el Ministerio, para que tenga valor agregado, y eso hace que deje más del cien por cien al productor de ganancia”, expresó Gil.

Además, señaló que “uno de los objetivos más destacados fue que los productores pudieran avanzar en cuanto a volumen de cosecha. Pasamos las 17 toneladas. Es un gran logro”, destacó.

Del total de las ganancias por la venta de los productos, la Cooperativa recibe un doce por ciento del productor, y el excedente se divide en tres partes. Una, para abonar al operador de la sala; una para la cooperadora de la Escuela Agraria; y otra para la Cooperativa.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada por Radio comunitaria Ore Tape (Benito Juárez, Buenos Aires).