En la construcción de un país en el que se respeten los derechos sociales y los derechos humanos de niños, jóvenes, adultos y ancianos
En la construcción de un país en el que se respeten los derechos sociales y los derechos humanos
Categoría: Buenos Aires

La Mesa Intersindical del distrito de Saavedra, Provincia de Buenos Aires, junto a la Cooperativa de Trabajo Textiles Pigüé dio a conocer un comunicado que reproducimos a continuación.

La unidad en la acción de las organizaciones aquí presentes, con distintas historias pero con la misma identidad de clase y nuestra voluntad de unir aún más al movimiento obrero es fruto de una mirada similar frente a políticas que se han instaurando en nuestro país. Fortalecer nuestra capacidad para intervenir e incidir en esas políticas hacia la clase trabajadora y el pueblo argentino es un objetivo hoy y para los tiempos que se avecinan.

El 1° de Mayo no es el Día del Trabajo, es el Día de los Trabajadores. Es una fecha cargada de resistencia, lucha, convicciones, dignidad. Tal como lo expresó Rodolfo Walsh, el intento de las clases dominantes siempre ha sido y será borrar la historia como construcción colectiva de los pueblos.

Tratan de naturalizar hechos que son el producto de procesos políticos, de decisiones políticas y de determinadas correlaciones de fuerzas que se producen por la voluntad consciente y organizada de los sujetos -tanto individuales como colectivos- que las protagonizan.

En estos meses el actual gobierno dejó en la calle a miles de trabajadoras y trabajadores; aplicó un brutal tarifazo en los servicios públicos esenciales y ha anunciado otros; generó millones de nuevos pobres; liberó las importaciones estrangulando a las pequeñas y medianas empresas volcadas al mercado interno de consumo; devaluó la moneda, restándole poder adquisitivo al salario e incentivando la inflación; provocó una formidable transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados de la economía, particularmente los vinculados con las finanzas y las grandes multinacionales; se sometió a las exigencias de los fondos buitre; renunció a defender la soberanía nacional en todas las causas que la comprometen y ha pedido perdón por ello a empresas y potencias extranjeras.

Millones de personas padecen problemas laborales de empleo, subocupación o carencia lisa y llana de trabajo. El conurbano bonaerense, el Gran Rosario, Mar del Plata y Córdoba son los principales centros industriales que registran las más altas tasas de desempleo. El gobierno de los grandes ejecutivos de las multinacionales sabe que, más allá de la frontera del 15% de desocupación se debilitará la capacidad de negociación de los sindicatos. El telón de fondo de un ejército industrial de reserva será así la garantía de un salario a la baja al que le querrán sumar un sistema de paritarias por empresa, absoluta flexibilización laboral y condiciones de sobreexplotación de la mano de obra ocupada.

Entretanto, derechos esenciales como la salud, la educación y la vivienda se desmoronan y las redes culturales en los territorios, con sus expresiones comunitarias, autogestivas e independientes son ahogadas desde el aparato estatal, la educación pública y gratuita es sometida a la privatización y languidece en la subejecución presupuestaria.

En nuestra zona ya sufrimos el flagelo del neoliberalismo durante los 90. Evidencias de ello fueron, la casi desaparición del ferrocarril, la destrucción de las actividades productivas y puestos de trabajo, la pelea contra los remates de campos y, lo más doloroso, la alta desocupación y el hambre de las familias.

Hoy nuestra zona es testigo del cierre de comercios, el incremento en los porcentajes de desocupación y, lo más lamentable, la estigmatización de trabajadores despedidos. Estos indicadores dan señales claras de que quienes definen las políticas públicas pretenden repetir la historia.

No hay problemas de gestión, ni errores de aplicación, ni fallas estructurales. Estamos frente a una estrategia de poder que busca eliminar de raíz todo y cualquier resabio de un Estado atento a las necesidades de las grandes mayorías populares y, para ello, sus mentores y representantes no dudan en liquidar aquellas normas que lo garantizaron en el pasado.

Estamos convencidos de que nuestros derechos sociales y económicos siempre tienen relación con un proyecto político, con un proyecto de país, de nación. Por ello no fuimos, no somos ni seremos neutrales. La defensa de nuestros intereses está íntimamente unida a la lucha por la soberanía política y económica de nuestra Patria y, desde luego, atada a las luchas de nuestros pueblos hermanos de la Patria Grande.

También sabemos que van a intentar quebrarnos, dividirnos y atemorizarnos, pero tenemos una enorme confianza en nuestras fuerzas y en lo que hemos aprendido y construido. La solidaridad activa con los compañeros despedidos, con los que luchan por mejoras salariales, con los que luchan por mantener su fuente de trabajo, con los que se niegan a cerrar sus pequeñas y medianas empresas, con las que defienden las empresas recuperadas y las cooperativas, con las mujeres que no se amedrentan con el femicidio creciente ni con las muestras más descaradas de machismo y patriarcalismo, con los científicos y universitarios que enarbolan sus vocaciones en defensa de todo el pueblo, con los curas en opción por los pobres y por la tierra, el techo y el trabajo para todos, con el grito ancestral y soberano de nuestros pueblos originarios y, en fin, con todo aquel que se levante dignamente contra la opresión, todo ello constituye la razón de esta articulación se sectores.

En este camino, las organizaciones nucleadas en este espacio continuaremos bregando por la unidad de todas las fuerzas que aspiran a vivir en un país soberano, en paz, con democracia y participación ciudadana, con salarios dignos, sin despidos, sin represión y sin ajuste.

Un país, en suma, en el que se respeten los derechos sociales y los derechos humanos de niños, jóvenes, adultos y ancianos.

En este camino no dudaremos en impulsar todas las acciones conducentes para resguardar el empleo, sostener el poder adquisitivo de nuestros salarios, para defender a nuestros pares, nuestras familias, nuestras fuentes locales de empleo de todo abuso tarifario. Reivindicamos nuestra condición de trabajadores, y aquí nuestra solidaridad con todos aquellos trabajadores de nuestro distrito y la zona, con y sin trabajo, porque en ellos se juega el futuro de nuestras familias, en definitiva el futuro de nuestro Pueblo.

Suscriben el documento: Asociación Bancaria, Sindicato de Trabajadores Municipales, Suteba, Sindicato de Molineros, Satsaid, Sindicato de Luz y Fuerza, Sindicato de Penitenciarios, Centro de Empleados de Comercio y Cooperativa de Trabajo Textiles Pigüé.

2018-05-01 12:00:52
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