El representante de la Cooperativa de Trabajo Encuentro de Productores Rurales Ltda., Martín Montiel, se expresó fuertemente respecto a la preocupante situación que atraviesa el actual capitalismo, “claramente este sistema va a colapsar, porque sino lo hará el planeta Tierra completo, (el capitalismo) se está llevando puesto las relaciones sociales de producción, los entornos naturales, los nichos ecológicos y sociales están siendo devastados”, definió.

Por otro lado, reforzó la visión de una crisis como oportunidad, “tenemos que ser optimistas y trabajar en los errores propios que tiene este sistema para posicionamos como una alternativa contracapitalista”. Por eso hizo hincapié en reiteradas ocasiones que todo parte de la convicción política de que la salida es colectiva, “hay que salir de la lógica de producción y consumo aislado, individualista” y reforzó la importancia del trabajo de una micro-política de resistencia, que se genera en el club, en el barrio y en la comunidad.

“No hay que bajar los brazos respecto del trabajo de hormiga, en la lógica de resistencia, de los túneles subterráneos, que es el modo de que las pequeñas experiencias, en un determinado tiempo, que no sabemos cuánto va a llevar, manifiesten una acumulación necesaria para dar un salto en calidad en el momento que sea oportuno”, afirmó y alentó como plan de acción.

Para la Cooperativa Encuentro de Productores Rurales, la agroecología no es solamente una técnica productiva, es una postura militante socioambiental frente al modelo de agronegocios. “Somos una alternativa al modelo de agro-negocios que sabemos que envenena y empobrece y consideramos un problema entregarle la producción de granos a ellos y nosotros nos quedamos sólo poniendo frutales y verduras”, sentenció Montiel.

La Cooperativa practica venta directa, sin intermediarios ni comercios. Su distribución se integra a la Red de Comercio Justo del Litoral, junto a otras organizaciones que promueven un consumo político y organizado.

“Nos atrevemos a llevar adelante una experiencia de politización del consumo a los efectos de no practicar lo que comúnmente denominamos reventa, que es comprar barato y vender más caro, sin haber tenido que ver con la producción. Es un sistema de distribución solidaria directa de productores a consumidores”, explicó Montiel.

Para la supervivencia del esquema, el cooperativista destacó que la propuesta implica el compromiso del grupo de consumidores, que se organicen, hagan sus pedidos y puedan retirarlos en diferentes puntos de la ciudad, que las entidades productivas montan para la ocasión.

“Necesitamos redes de consumidores, salir del consumidor individuo aislado. Y como productores tenemos que salir de la lógica de la producción individual y propender a la construcción de cada colectivo. Las formas Cooperativas son para nosotros la manifestación más concreta de una alternativa contracapitalista”, acentuó.

Cómo hacerlo

“Esa alternativa no puede surgir sin autocrítica”, destacó Montiel, en relación al fracaso de los discursos progresistas que no transformaron la pobreza estructural ni frenaron la concentración económica, y reconoció que la combinación de desencanto e incertidumbre habilitaron los avances de proyectos reaccionarios.

Por ello retomó las ideas del “banco de semillas propio, la huerta escolar, la huerta de patio detrás de cada casa. Lógicas que nos permitan pensar en un horizonte soberano desde la micro-política, ahí vamos a tener una masa crítica de un consumidor que pueda traccionar, a través de su consumo organizado con otros consumidores pares a los efectos de sostener aquel pequeño productor que se la juega”, ejemplificó.

También reconoció que a nivel rentabilidad, se está muy lejos de alcanzar números alentadores, porque “hay una contradicción entre quien quiere hacer un pollo de campo, criado, suelto, que va a tener un costo mayor y que lo tenés que vender más caro y la gente que tiene menos guita para consumir. Es un desafío, no tenemos la respuesta, pero claramente va a tener que ser creativa y colectiva”, aclaró.

Breve historia

La Cooperativa Encuentro de Productores Rurales es el resultado de más de una década de organización en el territorio. Nació formalmente en 2022, pero su historia comenzó mucho antes, tuvieron los primeros indicios de trabajo colectivo en el 2001, pero recién en el 2013 se consolidó como grupo. Su sede es la Granja La Carolina, en las afueras de Rosario.

Después de la pandemia el grupo decidió dar un paso que ya era cotidiano en la práctica, cooperativizarse.  “En 2022 nos convencimos políticamente de que había que normalizar administrativamente lo que ya hacíamos todos los días. Este era el camino”, explicó Montiel.

En una chacra de apenas 1,8 hectáreas, símbolo de la agricultura familiar, desarrollaron una producción diversa a lo largo de los años, hicieron horticultura, fruticultura, pollos de campo, algo de ganado y, próximamente, un pequeño plantel de ovejas multipropósito.
Hace una década que sostienen la producción en campos chicos, siempre mediante acuerdos asociativos, con préstamos, arrendamientos o intercambios por harina y agregan valor mediante un molino harinero semiindustrial que produce harina integral agroecológica.

Con unos 40 o 50 frutales diversos, sostienen además una fábrica artesanal de dulces que opera todo el año, sumando trabajo estable para dos, tres o cuatro integrantes por mes. El esquema se completa con panificados y otros productos elaborados.

Para Montiel, no se trata de compensar la lógica del mercado, sino de salirse de ella y construir otra basada en el trabajo, la comunidad y la producción de valores de uso, antes que de rentabilidad.

La Cooperativa Encuentro de Productores Rurales, desde su pequeña hectárea y media, su molino, sus frutales y su red de consumidores, apuesta a demostrar que el cooperativismo rural agroecológico puede ser, en los márgenes, una semilla de futuro.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en el programa Nuestras Cooperativas, en Show CDC Multimedios (General Roca, Río Negro).