En esta entrevista el fallecido titular del INAES explicaba su proyecto de una moneda social complementaria. También reivindicaba a Silvio Gesell, el economista argentino-alemán de quien Keynes dijo que el mundo tenía más para aprender que de Marx. Cafiero -quien se definía como “anarcoperonista”- estaba convencido de que con esta moneda social se puede construir “un mercado basado en valores, en la pequeña y mediana producción, en las cooperativas y en las mutuales”.
Por Américo Schvartzman. Imágenes: Sebastián Ingrassia. Producción: El Miércoles Comunicación y Cultura Cooperativa de Trabajo Ltda.
Mario Cafiero falleció en los primeros días de septiembre de este año. Estaba al frente del INAES, el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social. Quienes lo conocimos teníamos una gran expectativa por su gestión, y a la vez, la preocupación por la enfermedad que finalmente se lo llevó.
En noviembre de 2018, Mario estuvo en Gualeguaychú, en el congreso de “alimentación sana, segura y soberana” organizado por el PASSS, un ambicioso plan de la Municipalidad de esa ciudad. Allí -invitado por su amigo Rubén Kika Kneeteman, el principal impulsor del Plan- Cafiero disertó sobre el proyecto que lo apasionaba: la “Moneda Par”, una moneda digital que permite a productores y consumidores comprar y vender sin usar ningún instrumento monetario de circulación oficial.
La prédica y la acción de Mario recibían gestos de incredulidad, ceños fruncidos, pero también curiosidad. ¿A quién se le ocurre en estos tiempos pensar en una moneda solidaria, entre pares, no oficial, que promueve la autonomía de las personas en “un sistema de crédito mutuo para el intercambio de bienes, servicios y saberes”, basado en la tecnología Blockchain para darle seguridad informática?
La propuesta prendió en unas pocas pero dinámicas organizaciones sociales: el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas por los Trabajadores, algunas mutuales, cooperativas, pero también municipalidades que tímidamente comenzaron a usar el sistema, lanzado en la Argentina en mayo de 2017.
“El objetivo de Moneda Par es crear un sistema monetario complementario que promueva la autonomía y resiliencia comunitaria, mejorando la economía de todos aquellos actores cuyo acceso al crédito está restringido por el sistema bancario tradicional”, se explica en su sitio oficial.
En ese contexto se realizó esta entrevista, inédita hasta ahora. En ella, el fallecido titular del INAES explica el sistema con buen humor, didácticamente, y hace consideraciones sobre la financiarización del capitalismo y el rol liberador de iniciativas como la MonedaPAR.
A pocos días de su muerte, volver a escuchar su voz tranquila y amable, sus conceptos hondos, hace lamentar aún más su partida. Leerlo ayuda a comprender lo esperanzador que resultaba -para quienes en una forma de organización social más igualitaria, más solidaria, basada en la cooperación y no en la competencia salvaje- que alguien con ese pensamiento y esa decisión para la acción, estuviera al frente del INAES, el órgano de la economía social en la Argentina.
Mario Cafiero, que pasó por varios ámbitos destacados de la política tradicional y de la estructura del Estado, nunca renunció a la utopía. Pero no se limitó a soñar. La puso en marcha, empujó con fuerza la idea de la MonedaPAR. En todo caso fue un utopista práctico, en la línea de tantos que impulsaron a los seres humanos a animarse a modificar los límites de lo posible.
Por todo eso también, que esta entrevista sirva como homenaje.
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– Venís trabajando desde hace tiempo en una iniciativa innovadora y quizás perturbadora: la moneda PAR. ¿De qué se trata?
Mario Cafiero: Por razones personales, desde hace años me di cuenta de cómo los alimentos me enfermaban y enfermaban a la gente y adopté una costumbre, una cultura alimentaria distinta. Descubrí el mundo de los alimentos agroecológicos, de la agricultura biodinámica, de (Rudolf) Steiner y otros pensadores que nos sacan de ese negocio tóxico de los alimentos, de un modelo agrario basado en agrotóxicos. También soy muy amigo de Jorge Rulli, un pionero en estos temas, y por otro lado soy investigador del tema financiero y de la deuda externa. Todo eso me motivó a empezar a ver, unos tres años atrás, qué mecanismos podíamos desarrollar para salirnos de los bancos y las finanzas, que dominan las economías y a los pueblos. En suma, son los que gobiernan. El dinero gobierna al mundo a través de la moneda. A partir de comprender eso empezamos a desarrollar este sistema de Moneda Par, una moneda que construye la comunidad. No hay nadie que venga con dinero a decir “vengo a comprar”. No. El dinero es necesario para intercambiar bienes y servicios. Es el dinero que necesitás para intercambiar lo que producís con otro que produce otra cosa. La civilización avanzó hacia la especialización del trabajo: vos sos periodista, yo soy ingeniero, la señora hace comida, el otro es tornero, y cada uno tenemos la necesidad de intercambiar lo que cada uno sabe hacer en un mercado que necesita del dinero como instrumento de intercambio. ¿Y qué pasa? Ese dinero está controlado, está regulado, hay como una gran canilla que regula la liquidez que manejan los bancos. Y además nos cobran un interés por ese dinero.
“Nosotros respondemos a la escuela de Silvio Gesell, un economista argentino-alemán, de quien el propio Keynes dijo que el mundo aprendería más que de Marx”.
Nosotros respondemos a la escuela de Silvio Gesell, un economista, un pensador, filósofo argentino-alemán, el padre de Carlos Gesell (el de la Villa Gesell), que generó una visión totalmente distinta de la moneda. Él estableció principios muy importantes, que el propio (John Maynard) Keynes dijo que el mundo tenía más para aprender de él que de Karl Marx. ¡Mirá dónde lo puso Keynes a Silvio Gesell! Él hablaba de que esta moneda de transacción tenía que ser libre. Que nadie podía tener el poder de controlarla, porque al hacerlo nos controlaba la producción, el trabajo. Y fijate lo que pasa hoy en Argentina. Cae la actividad económica. Caen las ventas. Cae la industria. ¿Por qué? ¿Se destruyeron fábricas? ¿Se murieron miles de trabajadores? No. Lo que falta es moneda. Es decir, la moneda es artificialmente quitada del circuito, entonces cae la actividad.
Como si la moneda fuera la riqueza.
Exacto. Han hecho, de lo que tendría que ser un medio de intercambio, el bien más importante. En la economía monetaria quien controla la liquidez controla la economía. De ahí surge esta idea de moneda social. Hay diez mil monedas sociales en el mundo, no soy el primero que se le ocurre esto. Es una reacción frente a un poder financiero asfixiante. La nuestra es una criptomoneda. Hemos tomado la nueva tecnología que hay en internet, que lo hace un lugar mucho más seguro para registrar las transacciones, que se llama Blockchain, que es la tecnología que usó Bitcoin, una de las criptomonedas más conocidas. ¿Por qué? ¿Cuál es el secreto de Bitcoin? Que es indestructible, es invulnerable. Han tratado de hackearla y no han podido, entonces empezó a tomar un valor extraordinario.
¿Cuál es la clave? ¿Por qué es indestructible Bitcoin?
Porque está construida con un sistema de algoritmos matemáticos que se van cerrando y hacen imposible que se lo pueda violar. Blockchain significa “cadenas de bloques”, cadenas de bloques de algoritmos. Y eso lo hace un invento disruptivo, es un invento que va a provocar un cambio.
¿No hay posibilidad de que un gigante de las finanzas compre ese sistema?
No. Un banco puede comprar bitcoins, pero no puede comprar el sistema. Esto está distribuido en miles, millones de computadoras en todo el mundo que pueden usar ese sistema. A partir de ahí surge, justamente, la amenaza que temen los bancos, que, a partir de esto, su servicio se vea afectado… Porque el Banco, ¿qué servicio te da? ¿Qué garantía te da? Que las transacciones que hiciste dentro de un banco son seguras. Que si vos depositaste 5.000 pesos tenés 5.000 pesos, si sacaste 2.000 tenés 3.000 pesos. Eso que el banco te garantiza, ahora lo garantiza un sistema informático. Entonces los bancos ven una amenaza en estos sistemas, pero eso no nos preocupa. Creemos que lo que tenemos que tomar es esa tecnología para hacer algo que es mucho más antiguo, que es trabajar en comunidad. Es decir, entender que la salida no es individual, sino que la salida es colectiva, que nos podemos organizar en nuestras necesidades y en nuestros saberes, lo que yo sé y produzco, me junto con otro y esa comunidad de bienes y servicios, en vez de ir al banco a pedir plata para hacer circular la producción, lo registra en un sistema, en una billetera electrónica donde los saldos a favor son cuando vendés y los saldos en contra son cuando comprás, y eso es un mercado social: pero es un mercado basado en valores, en la pequeña y mediana producción, en las cooperativas y en las mutuales. Así estamos desarrollando en distintos lugares esta experiencia de mercados solidarios.
“Gesell decía que la moneda de transacción tenía que ser libre, que nadie podía controlarla porque nos controlaría la producción, el trabajo, la vida”.
Para hacer una analogía y se comprenda mejor, es equivalente (vos me corregís si digo alguna salvajada)…
(Se ríe) Sí, ya sé lo que vas a decir…
A un club de trueque…
¡Exacto!
Pero organizado para que tenga cierta…
Seguridad. Garantizada por las posibilidades que brinda la informática. Exactamente. Sí. El trueque surgió como una gran reacción de millones de personas que, estamos hablando del 2001, de la crisis, no había dinero, la gente la pasaba muy mal y dijo bueno, juntémonos y empecemos a intercambiar. Karl Marx analizó el poder económico y cómo el capitalista se quedaba con la rentabilidad y con el trabajo del obrero, por eso habló de la plusvalía. Pero si Marx se despertara hoy, le daría poca atención a la plusvalía en la esfera de la producción y diría: “Muchachos, ¡el problema está en la plusvalía de las finanzas! Y en cómo dominan la producción con la tasa de interés y con el control monetario”. Tenemos que sacarnos la idea de que el trueque es malo. Porque en realidad, todos vivimos de trueque. Lo que pasa es que necesitamos dinero para trocar. Y si ese dinero no lo controlamos, bueno, busquemos formas complementarias. No estamos diciendo “no queremos la moneda oficial”. No. Pero como esa moneda no nos resuelve los problemas que tendría que resolver, construimos nuestra moneda, nuestro propio sistema de intercambio, como un elemento complementario que nos va a devolver autonomía.
Hiciste referencia a que ya está en funcionamiento este sistema, que ya lo están utilizando. Quisiera que abundes un poco sobre eso.
Esto ya está funcionando en distintos lugares, hay varios municipios y localidades que están empezando. Y estamos conversando con distintos actores sociales, mutuales, cooperativas, municipios. En algunos lugares, como en Mar del Plata, empezó una experiencia con ferias donde los intercambios se hacen en Moneda PAR. Es una moneda que vos bajás en el celular y ahí registrás todos los pagos y cobros que haces por la venta de la mercadería que hacés en ese mercado. En Gualeguaychú, en el marco de este congreso, hicimos una primera experiencia con unos 40 feriantes y productores, un intercambio con moneda digital. Así vamos lanzando nodos. Y es muy importante para no quedarnos cruzados de brazos, ni caer en la desesperanza o el escepticismo. La Argentina está pasando momentos muy difíciles. El mes que viene te va a venir el resumen de la tarjeta de crédito con intereses del 120% y vos vas a decir, “¿pero cómo? Si no consumí con la tarjeta y tengo que pagar el doble de lo que pagaba antes”. Es esta locura en la que estamos… El poder financiero es en todo el mundo pero en la Argentina es obsceno. Es escandaloso. Las tasas de interés que tenemos en nuestro país son escandalosas. Hoy me dejaron en la ventanilla de mi auto un volantito, “préstamo con tarjeta”. Por prestarte 10 mil pesos a un año, tenés que devolver 20 mil. ¡100% de interés! Es el reino de la usura que es, en términos cristianos, uno de los peores pecados contra el ser humano, es llevarlo a una situación absoluta de dependencia. Y esto es lo que está pasando.
“Hay diez mil monedas sociales en el mundo, no soy el primero al que se le ocurre esto. Esta es una reacción de todo el mundo frente a un poder financiero que es asfixiante”.
Te convierten en esclavo de un sistema que hace plata de la nada… a partir de una convención, que no existe como riqueza real. Y que no puede reemplazar la riqueza que efectivamente produce un productor, o la riqueza intangible que produce un investigador.
Sí. Por eso Henry Ford, el fundador de la producción en serie, dijo que si una tarde los ciudadanos del mundo se enteraran cómo funcionan los bancos, al otro día habría una revolución. ¿A qué se refería? A que los bancos, en realidad, crean dinero de la nada. Te lo voy a volver a decir: los bancos crean dinero de la nada. Nos hacen creer que ellos manejan una reserva de fondos que la distribuyen, la invierten. No, esa reserva la hicimos nosotros con nuestro trabajo. Es nuestro dinero, no de ellos.
¿Podría decirse que la Moneda PAR apunta a que al menos una parte la podamos controlar nosotros?
Sí. Por lo menos en lo que hace nuestra subsistencia. Que el piso de subsistencia esté garantizado por un comercio local de proximidad, de mi municipio. En este mundo con la crisis de petróleo y de energía que hay, no podemos estar trasladando mercadería a miles de kilómetros. Compramos la leche a cien mil kilómetros, compramos el tomate que viene de no sé dónde, metemos en la cámara frigorífica y consumimos a un año. Eso es un disparate desde el punto de vista energético. Entonces, ¿a qué tenemos que apuntar? A la economía de proximidad, a la economía local. Saber qué cosas que vienen de afuera podrían producirse e intercambiarse acá. Fortalecer al productor local. Y la moneda local garantiza que esto quede en la ciudad en la que estamos trabajando. Eso también ayuda a generar condiciones para no seguir despoblando el campo, para que lo que ya tenemos en nuestro interior florezca. Así vamos a poder poblar el campo. No creando mil ciudades nuevas. Las que tenemos, hagámoslas más vivibles y con mucha más potencialidad, más integradas. Tenemos que buscar una nueva forma de vincularnos con el otro. El dinero hace invisible al otro. Vos no sabés lo que el otro hace, ni lo que produce. Si pudiéramos correr un poquito al dinero y ver quiénes somos, qué comunidad somos, nos podemos plantear una forma de relación de mutualismo, de reciprocidad, de solidaridad y resolver nuestras cuestiones básicas a partir de ahí.
“Tenemos que apuntar a la economía local, a fortalecer al productor local y la moneda local garantiza que quede en la ciudad”.
La militancia política de Mario Cafiero puede parecer extraña para quienes no conozcan los detalles del entramado de luchas y frustraciones que en la Argentina reciente caracterizaron los intentos de construir una fuerza alternativa que conjugara banderas como la libertad y la igualdad, lo social y lo ambiental, lo democrático y lo popular.
Quizas por eso la autodefinición de “anarcoperonista” -que agradaba y divertía a Mario- resulte la más apropiada para definir la complejidad de su pensamiento filosófico político. En enero de 2019 Mario Lucas Kiektik y Ezequiel Borensztein grabaron una entrevista que subieron a You Tube en nueve partes. Las titularon “Anarcoperonismo” (del 1 al 9). En esas charlas -como dijo Borensztein al despedirlo- se expresa con claridad “una de las mentes más lúcidas de la Argentina”. Se trata de un documento valioso para que las nuevas generaciones conozcan un poco más a Mario Cafiero.
“El poder financiero está en todo el mundo pero en la Argentina es obsceno. Es escandaloso”.
Por Kika Kneeteman
El mejor de los recuerdos pal amigo que se fue… pero que se va quedándose: en las miguitas de pan dejadas en el camino, para ayudarnos a encontrar algunos atajos, a tantos desvaríos…
Ingeniero, pero de la otra economía: la que explica que la deuda no es deuda… Economista pero no de lo externo, sino de ingenierías que van a parir otras comunidades…
Preciso en los afectos y sin exageraciones. Así: ingeniero y economista pero humano… A profesiones sin alma, les puso sensibilidad… Caminaba senderos de éticas que hoy están chiquitos y escondidos o quizá tapados o ignorados…
Y así: “Sin estridencias, sin alaridos… sin tanto ruido se canta mejor…”.
Chau Mario, chau anarcoperonista…
Chau amigo cuervo…
Con nuestra casera cerveza brindo por vos.
Fuente: El Miércoles Digital.
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