Desde hace una década desarrollan producciones con fuerte anclaje territorial, abordando temáticas vinculadas a los derechos humanos, la educación y la inclusión social. En ese recorrido, lograron consolidar una experiencia de trabajo colectivo que les permitió sostener proyectos culturales aun en contextos adversos y con un marcado retroceso de las políticas públicas destinadas al sector.

El referente de la Cooperativa de Trabajo Minga Ltda., Sebastián Labaronne, explicó que una de las actividades más significativas fue la proyección de una serie documental en el marco de la Semana Internacional de las Ciencias, impulsada por la Universidad Nacional de Río Negro. “Nos invitaron a presentar 1% el trabajo dignifica, una serie de diez historias de mujeres y varones trans de la Patagonia Norte, que realizamos el año pasado”.

Según detalló el cooperativista, la producción se realizó a partir de un fondo de fomento que hoy se encuentra discontinuado. “La serie se financió con el FOMECA, un fondo que técnicamente sigue existiendo porque el impuesto se recauda, pero que no se ejecuta. Hace dos años que no se distribuyen esos recursos y nosotros incluso tenemos contratos firmados que no fueron pagados”, afirmó el cooperativista, al tiempo que advirtió que este escenario limita la posibilidad de desarrollar contenidos con temáticas sensibles.

A pesar de ese contexto, el referente destacó que continúan produciendo de manera activa. “No nos quedamos quietos. Estamos trabajando con el Ministerio de Educación en un proyecto vinculado a la Ronda de Escuelas, realizando un nuevo episodio de una serie que ya se emitió por Paka Paka”, indicó Labaronne. La iniciativa incluyó registros en escuelas primarias, secundarias, especiales, jardines y espacios de educación para adultos, con escenas filmadas en distintos puntos del territorio.

En relación con la forma de organización del trabajo, Labaronne explicó que el formato asociativo fue pensado como una herramienta de gestión. “Funciona como una productora, pero con una lógica colectiva. Nos permitió administrar fondos, convenios y aportes para producir contenidos y acompañar proyectos de los propios integrantes”, sostuvo. En ese sentido, remarcó que también canalizan apoyos para obras teatrales y propuestas culturales impulsadas por personas vinculadas al espacio.

El dirigente subrayó que, más allá de las dificultades, la experiencia demuestra que es posible sostener una actividad audiovisual por fuera de los grandes centros urbanos. “Trabajamos desde hace años en comunicación y cultura, en articulación con instituciones públicas, educativas y comunitarias. Eso nos permitió crecer y mantenernos activos incluso cuando el contexto no acompaña”, expresó.

Finalmente, Labaronne valoró el trabajo colectivo como una herramienta clave para la producción cultural con sentido social. “Es una forma de organizarnos para seguir contando historias, visibilizando problemáticas y defendiendo el derecho a producir contenidos desde los territorios”, concluyó.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en Radio Nacional Viedma (Viedma, Río Negro).

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