Un dato reciente confirmó que el cooperativismo vitivinícola aporta el 3,4% al Producto Bruto Geográfico de Mendoza. Esta cifra reavivó el debate sobre el peso real del sector en la economía provincial.

Desde la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi) destacaron la importancia del modelo asociativo. En entrevista radial, el presidente de la entidad, Fabián Ruggeri, analizó el escenario actual: “Entendíamos que el sistema cooperativo era importante dentro de la provincia de Mendoza, pero cuando lo ves en números realmente es contundente”, afirmó.

El dirigente subrayó que el sistema tiene un peso incluso superior al de otros rubros económicos relevantes. “Cuando comparás, nosotros como un sistema cooperativo dentro de una actividad que es la vitivinícola con otras actividades productivas de la provincia, estamos un poquito por arriba de esas actividades”, detalló Ruggeri.

Acovi está conformada actualmente por 32 cooperativas, de las cuales 31 son primarias y 1 corresponde a segundo grado. El dirigente describió al sistema como una herramienta indispensable para enfrentar el contexto actual del sector. “Hemos encontrado en el cooperativismo la forma societaria o la forma de asociación para poder producir y llegar al mercado en forma conjunta”.

Ese mecanismo no solo permite mejorar la competitividad, sino también acceder a servicios inalcanzables de manera individual. La asociación cuenta con una Cooperativa de servicio que brinda acompañamiento técnico, agronómico, logístico y financiero. Entre los recursos disponibles enumeró drones, cosechadoras mecánicas, un laboratorio propio y un equipo especializado.

Respecto a la viabilidad de pequeños productores, Ruggeri sostuvo que aún es posible sostener la actividad con unidades de menos de 20 hectáreas. “Dependiendo de la variedad y de los kilos que saques en tu producción, por supuesto que sí”, dijo sobre la posibilidad de mantenerse rentable.

Uno de los puntos que más inquietud genera es la reciente decisión del Instituto Nacional de Vitivinicultura de eliminar cerca de 1.000 normas históricas. Entre ellas se encuentra el Certificado de Ingreso de Uva (CIU), que acredita la procedencia y propiedad del producto. “Si bien el CIU no lo elimina directamente, lo pone como optativo y ponerlo optativo y no hacerlo obligatorio es como eliminarlo”, expresó el presidente de ACOVI.

Así, advirtió sobre las consecuencias de esta medida. “Perdemos un montón de información sin el CIU que es sumamente necesaria para la vitivinicultura”, explicó. Aclaró que mantener el certificado no implica costos adicionales para productores ni bodegas. “Hacer el CIU no te implica absolutamente ningún costo porque ya lo tenemos dentro de nuestro sistema”, sostuvo.

Finalmente, Ruggeri remarcó la convicción en el modelo asociativo. “Estamos totalmente convencidos de que los productores que no están dentro del sistema cooperativo deben buscar una forma societaria, una forma de asociatividad”, concluyó el dirigente, reafirmando el rol central de las cooperativas en el desarrollo vitivinícola mendocino.

Fuente: El Diario de San Rafael.