La Cooperativa de Trabajo Construir Bariloche Ltda. se formó en el año 2011, cuando la erupción del volcán Caulle y la constante caída de ceniza sobre la ciudad paralizó las actividades comerciales y laborales. Ante la falta de trabajo y el freno del turismo, desde el estado municipal se promovió la creación de planes sociales que derivaron en cooperativas.

En un primer momento, las y los trabajadores se dedicaron a realizar tareas de limpieza y acondicionamiento de la localidad. Una vez que se reactivó la actividad comercial y turística, se consolidó el grupo que aún hoy en día lleva adelante Construir Bariloche.

La presidenta de la entidad, Cecilia González, contó: “A mí me gusta lo que es el cooperativismo y la parte social, así que fue mi manera de quedarme, para seguir trabajando. Hoy está conformada cuatro mujeres y cinco varones, mucha juventud, chicos entre 20 y 28 años con ganas de aprender, y chicas que hoy por hoy trabajan a la par de los varones, aprenden y desempeñan su trabajo”.

A trece años de su fundación, su principal tarea es la construcción en general. A nivel público, articulan con la Municipalidad de Bariloche.

“La gestión anterior nos abrió las puertas para poder acceder a los trabajos públicos. Hoy hay una ordenanza que exige que cierto porcentaje de trabajo en la ciudad debe quedar en manos de las cooperativas. Hay bastantes cooperativas, pero no tenemos competencia porque hay mucho trabajo”, afirmó la referente.

La primera obra realizada por la Cooperativa fue el mirador de Bahía López, en el circuito chico. Allí, desarrollaron un mirador de madera para mejorar estéticamente el punto desde el cual observar la naturaleza. Además, hicieron cordón cuneta, ensanchamiento de calzadas, y formaron parte del Programa Sustentabilidad Hogares, a través del cual refaccionaban viviendas precarias.

En esa línea, indicó que la empresa social articula con otros emprendimientos del sector, complementando sus actividades para ofrecer una mejor calidad de productos.

En el ámbito privado, cuentan con contrataciones por parte de la comunidad vecinal y empresas que requieren sus servicios: “Hubo una época en que todo estuvo muy frenado y nos dedicamos a hacer chimeneas y parrillas para quinchos. Estuvimos un buen tiempo con eso, y pudimos sobrevivir. Se ha hecho de todo. Arrancar una casa desde cero, poner techos, embellecer la ciudad, mantenimiento de espacios públicos, hicimos una plaza completa”.

Tomar la posta

“Es llamativo para mucha gente, porque no se ve comúnmente a mujeres trabajando en la calle con maquinarias, picos, y otras herramientas”, reflexionó González: “Incorporar mujeres es una experiencia muy linda. Yo creo que somos todos iguales y tenemos todos los mismos derechos. Siempre me gustó la construcción, pero no la veía como una salida laboral. Cuando pude acceder a cursos, a ir aprendiendo, vi que podía incluir a otras chicas y fuimos incorporando a medida que hubo cupo, mujeres. Se les enseñó como a todos”.

Respecto a la imagen que tiene el equipo de trabajadores como cooperativistas, la responsable de la entidad social expresó que existe un prejuicio por parte de la comunidad.

“Somos mal vistos, como planeros, o gente que vive del Estado. Siempre trato de remarcar que no es así. Cuesta mucho poder ingresar al ámbito laboral y tomar a la cooperativa como una empresa que ofrece un servicio”, puntualizó. Asimismo, señaló que “la idea es que todas las cooperativas sean visibles y se les de importancia. Nosotros apuntamos a seguir trabajando, llevar sustento a nuestros hogares”.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada por Radio Cooperativa New.