La Cooperativa de Trabajo JAC Limitada surgió por decisión de cuatro mujeres de juntarse en talleres familiares para confeccionar ropa, que les permitiera tener un ingreso luego de un tiempo de desempleo.

“La única forma de ver la salida de ese momento, era en conjunto”, contó una de sus asociadas, Adriana Carrizo. Luego, indicó que lograron alquilar un pequeño salón en el barrio de Agronomía, y con la ayuda del estado en el año 2009 accedieron a máquinas de coser: “Ahí empezamos a indagar un poco. Las mujeres siempre sacamos los conejos de la galera. Empezamos a indagar de qué se trataba el cooperativismo porque, si bien teníamos ideas, no sabíamos en profundidad”.

De la mano del Estado también tuvieron capacitaciones, y se conformaron como proveedoras de productos de sanidad durante la pandemia. Si bien en un principio realizaban trabajos para terceros, actualmente las 24 personas que integran la Cooperativa confeccionan prendas como producción propia.

Impulso colectivo

La Federación de Cooperativas de Mujeres Atenea Limitada, de la cual Adriana Carrizo es la presidenta, se gestó durante la pandemia. A través de reuniones virtuales, las impulsoras del proyecto le dieron forma, e iniciaron una forma de organización que beneficiaba a todas las partes.

Carrizo indicó que “surgió la posibilidad de juntarse con otras cooperativas, y así surgió Atenea. Siempre sigo que muchas mujeres trabajan desde su casa, que no están en el marco legal, y quisimos ayudarlas a que lo tengan, que ganemos este espacio que tanto nos costó conseguir”.

“Fue un entramado en plena crisis. Armamos una Federación de cooperativas textiles, por Zoom, y con trabajo genuino”, afirmó, y agregó: “Ahora estamos viendo la posibilidad de hacer cuatro productos propios, para poder dar esa batalla económica. Yo sé que es un granito de arena en el desierto, pero hay que lograrlo. Y creo que todos estos años de lucha nos dieron la razón, de empezar a trabajar con la lógica del precio justo, el no trabajo esclavo, el poder tener desde las cooperativas un sueldo digno”.

Desde la entidad, que brinda trabajo a más de trescientas personas gracias a la mano de obra directa e indirecta, también buscan cortar la lógica de los talleres clandestinos. Para eso, comenzaron a brindar capacitaciones a pequeños talleres, para que puedan organizarse de forma legal y bajo la normativa vigente.

Fuente: Radio Ahijuna.