El gobierno comunal de Candioti, a 30 km de la capital de Santa Fe, cuenta con un cronograma mediante el cual recolectan orgánicos y otros inorgánicos en días diferenciados. Luego, la Cooperativa de Trabajo Eco Candioti Ltda. realiza la clasificación específica de los materiales y prepara la disposición final.

En diálogo con El Portal de las Cooperativas, su presidenta Mariana Isabel Maglianese explicó el gran trabajo que hacen en esa localidad y zonas de influencia.

Con los inorgánicos van separando el papel, los plásticos,vidrios, etc, una vez que tienen el volumen de material que necesitan se hacen las ventas.

Lo interesante es lo que hacen con los orgánicos, que tienen dos finalidades. Por un lado, cargan un biodigestor con el que generan biogás, que les provee de energía que ellos mismos ocupan como por ejemplo calentar el agua para el mate o cocinar. Y con el resto hacen compost que luego comercializan.

De la totalidad de los residuos que llegan a la planta, se aprovecha el 75%. “Hhay cosas que no encontramos comprador, o no tenemos la tecnología para trabajarlas, por ejemplo los aparatos electrónicos. Lo que no se puede reciclar va al relleno sanitario de Santa Fe”, aclaró.

La ley 13.055 de basura cero establece a través de las Gestiones Integrales de Residuos Sólidos Urbanos (Girsu), un ordenamiento del destino de la basura, las localidades pequeñas deben tener una ciudad de referencia que debe tener relleno sanitario para disponer del material que no es reciclable.

A ellos les correspondería la ciudad de Recreo, pero aún no tienen un relleno sanitario habilitado.

En el caso de las pilas también las llevan a Santa Fe. En el caso de los residuos patológicos (que se producen en hospitales, clínicas, centros de salud,etc), aclaró que ellos no lo trabajan porque tienen reglamentaciones y leyes que demandan una recolección separada como tratamiento específico.

Vivir del trabajo, tarea difícil

Son 22 integrantes de la cooperativa que abarcan dos unidades productivas,la de Candioti como la del barrio Colastiné Norte,donde una familia trabaja el reciclado.

La cooperativista señaló que con el material que recolectan no les alcanza para subsistir, por eso apuestan al compostado,que tiene una inversión muy baja y podrán producir y comercializar todo lo que producen.

Recordó que tenían el aporte de Línea 1, del Programa de Trabajo Autogestionado, impulsado por el Ministerio de Trabajo, “que era muy pequeño, medio salario social, que servía para estimularlo. Lo económico es el gran desafío, más con el escenario actual”. Tienen temores que la nueva gestión nacional no los renueve a esos aportes.

Además indicó que es un rubro muy difícil porque los precios de compras del material lo establecen los compradores “y siempre van a la baja”, lamentó la mujer que rememoró los orígenes de la cooperativa “somos producto del Covid, nos constituimos en el 2020, por la falta de trabajo y la crisis”.

Los ajustes económicos y la inflación que crece a pasos agigantados los complica aún más “con un incremento de los costos de un 25 por ciento mensual y los materiales que salen lo mismo, complica la subsistencia de cada compañero y compañera”, reconoce con cierta angustia.