La Empresa Cooperativa de Alimento Soberano (ECAS) es una comercializadora al servicio de la economía popular y de las familias productoras. Con ellas, forman parte de una federación por la soberanía, de la cual forman parte algunas cooperativas productoras de La Plata, de Entre Ríos y Chaco, de la comunidad qom.

Actualmente son 70 personas que se dedican cotidianamente a la comercialización, “cobramos un sueldo, nuestra energía y cabeza las ponemos en esto, esa es otra cara de la economía popular, estamos bastante precarizados, porque para que los precios sean competitivos hace varios meses que no podemos aumentar nuestro salario, y que trabajamos apuntando a eso”, sostuvo la presidenta de ECAS, Jazmín Delmaffeo.

Trabajan alimentos agroecológicos y productos cooperativos. “Somos una cooperativa gestionada por sus trabajadores, nos organizamos en asamblea, nos fuimos generando para la toma de decisiones más colectivas, somos un desprendimiento de un sindicato de familias productoras, la Unión de Trabajadoras y Trabajadores de la Tierra (UTT)”, contó.

En el 2022 decidieron como cooperativa, mediante una votación, desvincularse políticamente de la organización y comenzamos este proceso asambleario y toma de decisiones más colectivas.

“Los alimentos vienen directamente de las personas que lo producen, de todo el país, familias campesinas, cooperativas, fabricas recuperadas, nuestro trabajo es soberano. Nuestros espacios de venta minorista se encuentran en Capital Federal (Almagro y Villa Cresto) y en el conurbano bonaerense (Lomas de Zamora, Esteban Echeverría en Monte Grande). Tenemos un mayorista en el barrio de Pompeya en CABA”, detalló Delmaffeo.

El proceso de comercialización lo tienen desarrollado con distintas cooperativas de frutas de todo el país, de Mendoza, Misiones, Chaco, Entre Ríos. “Los productores nos ponen el precio, tarea que nos resulta compleja con las familias pequeñas productoras de La Plata, porque se ven atadas al valor del camión que pasa a levantarle su producción”, aclaró.

En este tipo de vínculos existe mucha especulación, la cooperativista contó que con estas familias productoras tienen una asamblea de precios, “llevamos los precios del mercado central, ellos nos cuentan los precios que paga el camión y llegamos a un acuerdo de precio que sea competitivo, justo para ellos y que a nosotros nos permita competir en relación en los distintos espacios de ventas alrededor”.

Una experiencia en relación a esta situación fue que una producción de morrón, la tiraron porque le pagaban tan poco por el cajón, que no les rendía ni siquiera juntarlo, salía más caro levantarlo de la quinta que venderlo, entonces era preferible no gastar en esa mano de obra.

Así también, “en algunas ocasiones tenemos productos mucho más baratos porque tenemos mucha lechuga y podemos hacer ofertas, pero otros productos más caros, porque (los productores) nos dicen que no pueden vender más barato”, aseveró.

Por otro lado, la referente resaltó que las familias productoras y cooperativas con las que trabajan producen alimentos agroecológicos.

“Queremos que la gente sepa quién produce la comida que consume, que procesos implican y tomemos conciencia que la mayoría de los alimentos que consumimos todes, no solo quienes apostamos a la economía popular sino también las grandes cadenas de supermercados, se abastecen de estas familias productoras, que viven en pésimas condiciones porque no les es posible invertir por causa de esta inestabilidad de un alquiler en tan corto plazo”, fundamentó.

Ecas lo que busca es visibilizar el circuito productivo y el ser cooperativa, reconociendo que es una forma de crear, formalizar y organizar el trabajo a través de la economía popular. “Poner todo sobre la mesa y visibilizarnos como un sector productivo y profesional, y no porque sos de una cooperativa sos un hippie”, acentuó.

Retomando el trabajo profesional que se puede desarrollar mediante una empresa social nombró a una cooperativa que no trabaja con producción agroecológica, pero consiguió un contrato permanente con una de las grandes cadenas de supermercados. “Esto lo consiguieron siendo una población migrante que viven en las condiciones pésimas que antes mencioné, lo hacen hace más de un año y dando la oportunidad a otras cooperativas para poder articular con ellos para abastecer al supermercado. Esto genera redes para trabajar más y nos fortalece” afirmó.

Soberanía

“El concepto es amplio, es pensar un modelo productivo que genere arraigo, para que las personas que viven en los distintos lugares que producen y que lo hacen para que las personas que vivimos en las urbes podamos comer, sean visibilizadas, y que en la medida de lo posible tengan los recursos para seguir produciendo alimentos” argumentó.

“Si tenés una comunidad de 100 personas que producen alimentos y después no pueden hacerlo porque no consiguen alquilar una tierra apta, o porque los pools de siembra envenenan el agua, generando el agotamiento del suelo, la gente migra a la ciudad y ya no producen más”, ejemplificó.

En fin, la cooperativista reiteró que esta situación se vive en el país y el mundo. Si tenés más personas produciendo en diferentes puntos, reducís la huella de carbono y los costos. “El alimento es un derecho o debería serlo, no puede ser que se le pague una miseria al productor y en góndola el precio es una locura. Tiene que haber una regulación de un piso para las personas que venden y un techo para la persona que compra”, estimó.

Por último, “la alimentación soberana idealmente sería que no tenga veneno, hoy en día para generar un cambio en el modelo productivo es súper amplio y macro, lo estamos haciendo, pero no es tan simple”, definió.

En relación a la realidad de las familias pequeñas productoras, Delmaffeo recordó que alquilan la tierra: “Esa es una realidad muy fuerte en el país, que el 80% proviene de pequeños productores que no tienen acceso a la tierra, pagan alquiler, que no suele ser más de 2 años, lo que resulta difícil invertir en la producción y en la propia calidad de vida de quienes viven allí porque a los dos años se tienen que ir, así que no llegan ni a construir un baño de cemento”.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en Radio comunitaria Ore Tape (Benito Juárez, Buenos Aires).