En 2016 una empresa entrerriana de emergencias médicas, con sede en dos ciudades de la costa entrerriana del río Uruguay, de propietarios locales y una extensa trayectoria en servicios de salud, presentó quiebra, poniendo en riesgo más de medio centenar de empleos formales y amenazando dejar sin servicio a importantes sectores de las dos comunidades donde los prestaba desde hacía décadas.

Vida Sociedad Anónima (VEM S.A.), así se llamaba la empresa, operaba en Concepción del Uruguay y en Gualeguaychú. La quiebra fue un quiebre. Pero sus trabajadores y trabajadoras decidieron no interrumpir el servicio mientras en el seno de ambos grupos crecían a la vez la preocupación y la esperanza. Alguien, ya jubilado pero con férreos vínculos con el personal, sugirió la idea de convertirse en una cooperativa, de tomar en sus manos la empresa y seguir adelante pese a la decisión empresarial.

Funcionan bien,ya hicieron el click, pero tener una misma empresa con dos cabezas a más de una hora de viaje, con un Consejo de Administración integrado por personas de ambas ciudades terminó complicando el panorama, “se hace difícil la toma de decisiones y los trámites”, reconoció a El Portal de las Cooperativas, la presidenta de la Cooperativa de Trabajo de Medicina Integrada Vida Emergencia Médica Ltda., Mariana Casabella.

Por eso a futuro planean hacer una cooperativa aparte para simplificar todo. “Queremos seguir creciendo,poder alquilar consultorios, realizar capacitaciones a los ciudadanos, y seguir cubriendo las necesidades de nuestra ciudad, nos especializamos en las emergencias médicas que es la primera atención ante los sucesos de urgencias que ocurran”, resumió Casabella, que vive y trabaja en Gualeguaychú junto a 13 integrantes de la Cooperativa.

La situación, en su momento, de esta empresa que fue recuperada, sirvió de ejemplo para mostrar que cuando hay discernimiento y voluntad por parte de la Justicia, junto a la de trabajadoras y trabajadores, se pueden lograr objetivos altos y duraderos.