Entrevistado en Mejor hablar de ciertas cosas, que se emite por la AM 1380, el presidente de la Cooperativa de Trabajo Campo Unamuno Limitada, Ismael Lodillinki, planteó que desde la entidad se dedican principalmente a la construcción, mejoras edilicias y a fomentar la economía popular en el barrio. Con su aporte colaboran para que vecinos y vecinas obtengan un progreso en su calidad de vida.

Lomas de Zamora pertenece a lo que en la división política se denomina conurbano sur. Tiene áreas con acceso diferenciado a bienes y servicios, que van de mayor a menor según su proximidad con el rico distrito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En la maradoniana Villa Fiorito, el principio de igualdad se construye colectivamente, de la mano de las organizaciones barriales.

“De abajo hacia arriba y desde la periferia al centro”, apunta orgullosamente el cooperativista, que refiere que una de las tareas que llevan adelante es el mejoramiento habitacional para aquellas personas que no pueden hacerlo por sus propios medios. Resalta el acompañamiento del estado nacional, provincial y municipal, que hace aporte económicos que se traducen en obras en el sector, así como de la Fundación Uocra que genera talleres de capacitación en oficios.

Refiriéndose a la génesis de la organización, rememora que primero se conformó una mesa barrial en la zona de Campo Unamuno, donde se trabajó en la urbanización en general, con obras de agua potable, cloacas, electricidad y de gas. “En la zona estamos muy cerca del Riachuelo y en ese sentido hay problemas ambientales, por lo que se luchó mucho al respecto de este tema también”.

Así surgió la Cooperativa, para que quienes habitan en el barrio se den una respuesta concreta y “no tengan que esperar de contrataciones a particulares o a empresas privadas y así los vecinos se hicieron cargo de esas obras que tanto hacen falta y las hacen con sus propias manos”.

Hoy trabajan 190 personas en la Cooperativa Campo Unamuno, “la gran mayoría no tenía un trabajo regular, estable, ya fuera porque eran pibes sin oportunidades o porque era gente adulta, que tampoco la tenian por distintas razones, hoy pueden proyectar un poco más su vida”, destaca Lodillinki.

De manera adicional, gestionan una escuela secundaria en el barrio y un espacio para las primeras infancias, además de comedores para dar respuestas a las necesidades más urgentes.