El centro de investigación, prevención y tratamiento en adicciones La Casona desarrolló un programa propio que aborda la problemática de forma colectiva y social.

La Cooperativa de Trabajo en Salud Ramón Carrillo Limitada tiene más de diez años brindando un servicio en la materia en Resistencia, Chaco. Fueron diez socios y socias en la fundación, la mayoría relacionada al trabajo en Salud y, actualmente, 18 personas se desempeñan particularmente en lo que es su proyecto pilar: La Casona, centro de investigación, prevención y tratamiento en adicciones.

La Casona brinda un abordaje terapéutico ambulatorio para personas que sufren adicciones. El equipo profesional cooperativo trabaja desde la salud mental, y desarrolla sus propios programas innovadores de tratamiento escalonado, grupal y con una duración (modelo) de seis meses.

El Portal de las Cooperativas entrevistó al presidente y director terapéutico, el licenciado Marcelo González del Río. Comentó que la finalidad en el armado de la Cooperativa “tenía que ver con abarcar el área de salud, pero también la de capacitación”. “Desde el origen, nuestra nave insignia es La Casona. Este es el nombre ficticio que le dimos para abrir un centro de rehabilitación en adicciones”, contó.

González del Río contó sobre cómo les inspiró el trabajo del médico pionero en la Argentina Ramón Carrillo, y rescató una frase suya: “La enfermedad no son sólo los microbios, la enfermedad tiene que ver también con la pobreza y la exclusión”, que llevan como pilar de lo que hacen.

Con Carrillo como referente, realizaron el proyecto de La Casona bajo la premisa: “la mejor prevención para la adicción es organizar a la comunidad”. Relató que al principio “fue una discusión” ver la organización: “Queríamos algo que le dé un sentido a la acción comunitaria. Había la posibilidad de una mutual, pero nos restringía la capacidad de acción; de una fundación, que aún no la descartamos; y estaba la cooperativa, que nos convenció más por este espíritu de comunidad y solidaridad que implican las acciones”.

En relación a los lazos con otras entidades, destacó que es la única institución de estas características que tiene un convenio con la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar). “También tenemos relaciones muy buenas con otras Cooperativas”, apuntó.

Conflictos

Estructuralmente, señaló que uno de los inconvenientes con los que lidian son las prestaciones con obras sociales. “Las obras sociales son todo un problema porque tienen un funcionamiento pésimo. Hubo meses que estábamos dos o tres meses sin poder cobrar”, explicó.

Además, destacó que un aspecto duro es el asesoramiento contable para una Cooperativa de sus características. “No hay contadores formados en cooperativas, porque no es negocio”, dijo.

Abordaje en adicciones

El presidente cooperativista expresó que cuando iniciaron con el centro de adicciones, “había un solo modelo imperante que era el de internación”.

De los lugares habilitados en Chaco existían una clínica privada y un centro estatal en una ciudad por fuera de Resistencia. Entonces, el desafío fue pensar “un programa que sea estrictamente ambulatorio, cuando las experiencias eran de comunidades terapéuticas con internaciones de dos o tres años”. “Pensamos algo dinámico, flexible y que trabaje sobre el síntoma. Que actué de modo rápido e involucre a toda la red convivencia”, manifestó.

Primeramente el programa ambulatorio era la etapa final de la internación y muy similar a ella, pero luego, contó, “empezamos a buscar otras técnicas”. Hoy, después de diez años, “tenemos un programa que está verificado en la práctica y tiene los mismos indicadores de recuperación de una comunidad”, subrayó.

Aseguró “que no son altas las recuperaciones en ningún modelo. Pero sí es cierto que, como tenemos un modelo mucho más dinámico, no importa que haya recaída”. “Otro dato que fortalece el programa es que en ningún momento el paciente sale de su ámbito vital. Hay que trabajar el conflicto donde está el conflicto, aunque tampoco somos fundamentalistas, hay cuadros que están muy deteriorados y requieren una internación. Pero ese universo determina el 20% como mucho, el otro 80% es tratable a partir del programa ambulatorio”, explicó.

Por último, detalló que hay un concepto en el que fueron “pioneros en cambiar”. En Argentina, por la gran tendencia del psicoanálisis, existe un “imaginario en hacer contrapunto entre la subjetividad y la familia”. “Nosotros vamos a trabajar con la familia como aliada, no como causa. No porque la familia no tenga que ir trabajando o no tenga problemas históricos de arrastre, ahora, eso no es la causa”, expresó.

“Lo que vemos como causa del consumo es un movimiento cultural y un fenomenal negocio, con un sistema de marketing, que excede a la familia. La variable que nos interesa señalar es ese proceso cultural del que la familia también es víctima”, destacó.

La Casona trabaja con personas de 16 años en adelante, “nos gusta trabajar en la diversidad, no creemos en tratamientos para jóvenes y otro para adultos”, indicó, aunque afirmó que “cada vez vienen más jóvenes”.