Ariel Caliyasa es presidente de la Cooperativa de Trabajo Luz y Esperanza Ltda., creada en 2011, que busca la reinserción en el mundo del trabajo de personas que estuvieron privadas de su libertad. Hoy tienen una fábrica de vidrio, carpintería de aluminio y de aberturas, y son 25 socios.

“Nosotros en el año 2009 nos creamos como Fundación con el objetivo de crear el espacio que sirva para la rehabilitación de las personas e inserción en el mundo laboral a las personas que consiguen la libertad. Nuestro oficio en ese tiempo era todo el mundo del vidrio y del aluminio todo lo que es carpintería de aluminio”, relata Caliyasa. Al principio comenzaron con obras en viviendas y luego también fueron contratados por diversas áreas gubernamentales del municipio y de la provincia de Córdoba.

Con los años y la experiencia también comenzaron a trabajar con el armado de vidrios DVH a la vez que aumentó de la demanda de trabajo. Actualmente también trabajan con la Municipalidad de Córdoba en la puesta en marcha de los Centros Operativos: “Como si fuera llave en mano, hemos logrado armar pequeños equipos de trabajo de las diferentes manos de obras necesarias para estas cosas”.

Sobre su propia historia, Caliyasa relata que en 2005 recuperó la libertad y en el Servicio Penitenciario siempre participaba de talleres de carpintería. “Empezamos a hacer un curso de vidrio allá por el año 2006 y 2007. Siempre el vidrio va de la mano de lo que es el aluminio. Entonces yo, como me gusta la carpintería, empecé a ver un poco y a capacitarme”, cuenta. Luego, empezaron a sumarse compañeros, a formalizar el trabajo en la Cooperativa y a sumar clientes.

“Yo tengo 49, voy a cumplir 50, y eso me llevó a mí a tomar una decisión de cambio de vida una vez recuperada la libertad. Eso me llevó también a no olvidarme de mis hermanos, porque es como que hicimos una familia y cuando salían en libertad se acercaban hacia nosotros”, explica el presidente que también destaca la participación de la Iglesia y el Estado en el sostenimiento de la Cooperativa e incorporación de nuevos integrantes.

“Todo el mundo se merece una oportunidad. Algunos se insertan fácilmente, muy capaces en el mundo laboral y otros hay que acompañarlos, enseñarles, pero tienen las ganas. Hay muchos problemas sociales dentro de la cooperativa muchos, pero por la falta de oportunidades”, afirma Caliyasa.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada por FM San Alfonso (Yerba Buena, Tucumán).