“En enero hicimos la venta de dos bolsones, en febrero no pudimos, en marzo volvimos a realizar dos ventas más y ahora se pinchó de vuelta”, con esas palabras Mateo Frades describe una realidad muy común en las organizaciones que producen y comercializan alimentos sanos, alejados de cualquier manipulación que aumente los rinden a expensas de la salud humana, como los que con esfuerzo concretan desde la Cooperativa de Trabajo Gurises del Barro Ltda. de Concepción del Uruguay.

“Se nos está complicando el tema del abastecimiento de frutas y verduras, los mayoristas de Buenos Aires dejaron el mayoreo, se dedican a los minoristas porque no le estaban dando los números”, ahondó ante El Portal de las Cooperativas.

La venta local

“Queremos buscarle la vuelta y volver a abrir el mercadito cooperativo para generar movimiento y vender lo que se produce en la zona, y también de otras cooperativas como las yerbas misioneras, el azúcar de mascabo, la fécula de mandioca, y algunos productos no perecederos”, explicó.

Ellos tenían un almacén en la zona céntrica de La Histórica, que cerró hace unos dos años “eso nos produjo un bajón, ‘de qué hacemos’, y recién a principios de este año nos pusimos nuevamente a sacarla adelante”, confesó. Quieren abrir aunque sea una vez por semana.

También sumarán a la venta la cosmética natural, los alimentos veganos, yuyos fraccionados como también semillas de huertas.

Legalidad y apicultura

“Ahora estamos abocados a ponernos al día con los papeles ya que estamos adeudando un montón, actas, balances y demás. Estamos buscándole la vuelta para pagar lo que se debe”, relató sobre las cuestiones legales que los tienen preocupados en estos días.

Los integrantes de Gurises son multifacéticos, varios de ellos se dedican a la apicultura. Tiempo atrás consiguieron un convenio con la facultad de Alimentación de la UNER y lograron disponer del uso de una sala móvil de extracción de miel con la que pudieron trabajar, lo que les permitió mayor efectividad y comodidad.