La Casa Puentes en Córdoba construye espacios de abordaje comunitario e integral de consumos problemáticos de sustancias.

En 2020, 25 trabajadores optaron por otra forma de organización y se constituyeron como la Cooperativa de Trabajo Puentes Córdoba Limitada.

La propuesta forma parte del trabajo que realiza la Red Puentes, una estructura nacional y federal que se desprende del Movimiento Popular Nuestramerica. Su presidente, Fernando González, contó a El Portal de las Cooperativas cómo es el trabajo diario que realizan.

“Actualmente tenemos dos dispositivos y tenemos encaminado un tercero. Estamos buscando una casa y vamos a estar en Villa Urquiza”, dijo. La Cooperativa tiene presencia en barrio San Vicente y Arguello.

“Somos una cooperativa de trabajo que ejecuta un proyecto de política pública con el abordaje integral de la salud mental, de manera territorial y comunitaria”, agregó. Desde la Cooperativa buscan “romper con la hegemonía institucional del típico hospital y la institución privada, el cooperativismo nos ayuda a gestionar propuestas de salud”.

Compartir una casa

La Casa Puentes ejecuta los espacios CAAC que son casas de atención y acompañamiento ante consumo problemático. Los equipos de trabajo están conformados por operadores convivenciales, operadores territoriales, psicólogos y trabajadores sociales.

“Nuestro trabajo propio es la casa de convivencia, los pibes vienen a la mañana, desde las 10 hasta las 16 y se garantiza desayuno almuerzo y merienda”, relató González. Además, hay actividades recreativas, espacios de oficios, de escucha, espacio terapéutico, de orientación social y de asesoramiento legal.

La rutina diaria incluye una asamblea y un espacio de escucha antes de finalizar el día. “Llegamos, desayunamos juntos, hacemos una asamblea con una pizarra para ver quien compra las cosas para el día, quien limpia, quien cocina, quien va a los talleres y antes de que nos vayamos cerramos con una ronda donde compartimos experiencias”, explicó.

El cooperativismo para “democratizar el recurso público”

Estos espacios están distribuidos a lo largo de 15 provincias en todo el país. La mayoría se mantiene a través de la economía popular y con las becas de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar).

En algunos están conformados como asociación y en otros como cooperativas. González explicó que eligieron esta figura porque les permite pensar en asociados y que “los pibes conozcan el cooperativismo”.

“La cooperativa nos permite esclarecer los procesos contables, esclarecer los recursos, transparentarlos, que todos los trabajadores tengan acceso. Es una manera de democratizar el recurso público”, dijo.

“Nuestro objeto también es fomentar el cooperativismo como forma de trabajo y tener una estructura de funcionamiento más democrática. Queremos que los pibes que asisten a la casita conozcan como funciona y formen parte de la cooperativa”, agregó.