La Cooperativa de Trabajo ATCoop Limitada surgió en 2022, a través del impulso de cuatro profesionales de la salud, con el objetivo de brindar atención y cuidado al adulto mayor, personas con discapacidad o personas con enfermedades crónicas. También servicios de acompañamiento terapéutico y asesoramiento en la vida diaria, administración de medicación por vía oral y de uso externo indicado y/o prescripto por profesionales habilitados.

Luego de recibir la matrícula nacional otorgada por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), comenzaron a darse a conocer a través del boca en boca, y encararon sus primeros pasos por las redes sociales para difundir el trabajo.

“Somos un grupo de cuatro amigos, que luego de haber asistido a cursos sobre cooperativismo, dijimos `tenemos que hacer algo’. Fue así que en agosto del año pasado iniciamos todos los trámites”, comentó la acompañante terapéutica, cuidadora domiciliaria y presidenta de la Cooperativa de Trabajo ATCoop, Mirta Benítez.

Si bien aún no tienen una financiamiento estable, porque todavía no cumplieron un año de actividad, Benítez explicó que “a partir del año, nos empiezan a bajar fondos del INAES para distintas actividades que queramos hacer. Ahora por medio de una red de cooperativas de la que formamos parte, nos brindaron una ayuda de 150 mil pesos para que compremos las cosas que más nos hacían falta. Compramos artículos de librería porque se usan muchísimo con el tema de las planilla”.

En crecimiento

La empresa también cuenta con una faceta social y comunitaria, que se aborda a través de la organización de eventos y actividades recreativas u ocupacionales destinadas a las personas asistidas, difusión de acciones de promoción sobre cuidado y reinvención social.

“En enero hicimos una reunión en el Centro Cultural para informar a los profesionales sobre el proyecto y juntamos un buen grupo con más de treinta personas que se acercaron. Actualmente tenemos alrededor de 75 personas que forman parte de la cooperativa, aún no en calidad de socios, pero a partir del mes que viene vamos a empezar a asociar a las personas que estén interesadas”, indicó Benítez.

En esa línea, contó que “tenemos una lista de profesionales, de los cuales les pedimos el CV, antecedentes penales, si son monotributistas, además de hacerles completar dos planillas que van directo al equipo de trabajo, donde nos figura qué días tienen disponibles, si son de zona norte, o sur, etc.”.

De esa manera, trabajan con familias que acuden a la cooperativa en busca de servicios de acompañamiento terapéutico y cuidado domiciliario, de forma particular. La presidenta de la Cooperativa indicó que el servicio más solicitado por la comunidad es el de cuidados domiciliarios, mayormente para personas de la tercera edad.

Dentro de las tareas del cuidador domiciliario, están la de acompañar en actividades de la vida diaria, la administración de medicamentos por vía oral, de uso externo, indicados por profesionales, preparación de alimentos, ingesta asistida e higiene.

Asimismo, incluyen el servicio de enfermeros y enfermeras, “porque es un trabajo en conjunto. A veces mandamos a la cuidadora y el paciente necesita que le tomen la presión tres veces a la semana, por ejemplo, entonces en ese caso nosotros desde la cooperativa también brindamos ese servicio de enfermería”.

A su vez, incorporaron en la lista de especialistas a masajistas para los abuelos que están postrados, como así también de peluquería y pedicuría.

Por otro lado, en lo que refiere al servicio de acompañantes terapéuticos, informó que “brindamos tanto acompañamiento escolar como domiciliario, también en instituciones en el caso de, por ejemplo, deportes adaptados, entre otros”.

El acompañante terapéutico se encarga de alentar la fuerza de voluntad de sus pacientes, y a partir de ahí encontrar una fuente de energía para salir adelante. El acompañante deberá acercarse a su paciente, conocerlo, sentir empatía por él; ser capaz de encontrar la mejor manera de motivar para ayudarle.

Capacitación constante

Cuando empezaron a recibir a la gente que quería ser parte de la cooperativa, notaron que se acercaban muchas personas que decían: “Hace veinte años que me dedico a cuidar, pero no tengo ningún certificado”. Teniendo en cuenta que, a la hora de contratar el servicio, las obras sociales solicitan el currículum con certificados que avalen el conocimiento, desde la cooperativa comenzaron a brindar los cursos.

“Vimos que muchos no tenían las capacitaciones adecuadas, entonces lo primero que hicimos fue nivelar el conocimiento con la capacitación de Asistente Técnico Gerontológico, una capacitación de seis meses que lo conseguimos mediante el instituto ILADES que nos cobraba nada más que la certificación”, dijo Benítez.

Actualmente, se encuentran trabajando con un curso de cuidador domiciliario, propuesto desde el área de adultos mayores, “así que las personas que tenemos en nuestro grupo las anotamos para que lo hagan”.

Respecto a los acompañantes terapéuticos, explicó que “cuando empezamos con las obras sociales, todos nos pedían, sí o sí, tener una capacitación en TEA y TDH. Así que también nos enfocamos en capacitar sobre el tema”.

Actividades sociales para adultos mayores

Por otro lado, la cooperativa siempre tuvo el interés de trabajar en la parte social, por lo que presentaron un proyecto en la Asociación Vecinal del barrio Divina Providencia dirigido a los adultos mayores.

“Nuestra idea es trabajar en hacer actividades lúdicas y de estimulación cognitiva para los adultos, algo tan importante para ellos. Dirigido a todas las personas mayores, sin importar su condición”, dijo.

Fuente: Diario Crónica