El 29 de noviembre se celebra el Día Internacional del Yaguareté, una fecha pensada para concientizar sobre el rol fundamental de esta especie en los ecosistemas y la urgencia de protegerla frente a las múltiples amenazas que ponen en riesgo su supervivencia.

Según la categorización de la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos (SAREM) en el Libro Rojo de Mamíferos Amenazados de la Argentina, el yaguareté se encuentra en peligro crítico de extinción. Entre las principales causas figuran la pérdida y fragmentación de su hábitat, la caza furtiva o en represalia por ataques al ganado y las mascotas, y los atropellamientos en rutas.

A pesar de estar protegido por diversas leyes y de haber sido declarado Monumento Natural Nacional en 2001, la especie continúa bajo seria amenaza. En Argentina sobreviven menos de 250 ejemplares, distribuidos en regiones como las Yungas, la selva misionera y el Gran Chaco. De ellos, alrededor de 90 habitan en la provincia de Misiones.

En este contexto, en 2024 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Argentina, junto al Gobierno de Misiones, la aseguradora Río Uruguay Cooperativa de Seguros Ltda. (RUS), la Asociación Aves Argentinas y, más recientemente, el Proyecto Yaguareté (CeIBA–CONICET), lanzó una iniciativa inédita a nivel global: el primer seguro del mundo diseñado específicamente para proteger al yaguareté y fortalecer la convivencia con las comunidades rurales que comparten su territorio.

Se trata de una cobertura para proteger vacas, ovejas, cabras y otros animales de granja que suelen ser depredados por el yaguareté. Estos ataques generan conflictos que afectan la convivencia, por lo que el objetivo principal del seguro es reducir la caza por represalia, una práctica que suele ocurrir cuando un productor mata a un yaguareté tras la pérdida de su ganado o de una mascota.

Implementado inicialmente como prueba piloto en el municipio de Comandante Andresito -se puso en marcha hace un año como prueba piloto-, el programa ahora se expande a Iguazú, Wanda, Puerto Esperanza y Puerto Libertad, ampliando su impacto en zonas donde la presencia del yaguareté es significativa.

Su funcionamiento es sencillo: cuando un productor detecta daños en su hacienda ocasionados por un yaguareté, se comunica con la aseguradora y un perito acude de inmediato para verificar el hecho. Una vez confirmados los daños, se otorga una compensación económica y se activan medidas complementarias orientadas a prevenir futuros incidentes.

La iniciativa busca mostrar que es posible convivir mejor con el yaguareté sin frenar la producción ni el desarrollo. Con herramientas financieras adecuadas, se puede proteger tanto a los productores como al felino, promoviendo una relación más armoniosa entre las personas y la naturaleza.

Fuente: Prensa RUS.

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