En San Juan, el hotel Termas de Pismanta tuvo que reconvertirse producto de la pandemia.

Con la llegada de la pandemia, el servicio turístico sufrió los avatares propios de una situación tan particular. Las personas ya no se movilizan y, por ejemplo, los hoteles tienen que cerrar o reconvertirse para poder sostenerse. Este último es el caso del hotel Termas de Pismanta, ubicado en la localidad de Las Flores del departamento de Iglesia, en San Juan, y que está gestionado por la Cooperativa de Hotelería, Gastronomía y Turismo Cacique Pismanta Limitada.

La organización nació al calor de la crisis del año 2001, donde un grupo de trabajadores y trabajadoras del hotel decidieron hacer una protesta pasiva por las demoras en los pagos de los sueldos. La empresa que se hizo cargo de la concesión quebró después de seis meses y es ahí donde el personal decide generar un Cooperativa para poder mantener sus puestos de trabajos y al establecimiento.

Con la cordillera de fondo, el hotel Pismanta tiene la particularidad de ofrecer baños termales y gracias a esto es muy reconocido a nivel nacional. Además, con la iniciativa de la Cooperativa de recuperar el espacio, lograron posicionarlo como uno de los lugares turísticos para visitar en la provincia.

Con el inicio de la pandemia, todo comenzó a complicarse para los y las cooperativistas. Claudia Marinero, socia de la Cooperativa, en contacto con El Portal de las Cooperativas, comentó que “la pandemia nos tomó de sorpresa. Nosotros vivimos del turismo y nos vimos afectados”.

En San Juan, en el mes de julio, se habilitó el turismo interno. Un mes y medio después, se tuvo que suspender la circulación de personas con fines turísticos ya que la provincia tuvo que entrar a fase 1 por un brote de Covid-19. “Desde marzo hasta julio que se habilitó el turismo realmente fue duro. Regresamos a trabajar y fue un mes y medio que tuvimos la oportunidad de trabajar lo que es el turismo y otra vez volver a fase uno”, explicó la referente.

Esta situación fue crucial para que los 25 socios y socias decidieran ofrecer otro servicio frente a la situación sanitaria. El hospedaje ahora recibe a las personas que fueron detectadas positivas de coronavirus en el Departamento. Marinero explicó: “Hoy en día estamos trabajando para la mina Veladero y para la comunidad de Iglesia. Estamos trabajando con ellos para las personas que tienen Covid y si detectan un caso en la mina o de la localidad, cuando se hace un PCR, se los traslada directamente acá al hotel”.

La Cooperativa se reconvirtió por la falta de turismo, pero, con este nuevo servicio, ayudan a la comunidad y a quienes padecen la enfermedad. Los trabajadores y las trabajadoras preparan la comida diaria y el servicio de la habitación. De esta manera, el personal puede mantener sus trabajos en tiempos tan complejos como estos.