El 76% de la población infantil viaja en el asiento trasero sin silla o butaca de seguridad. Esta cifra es preocupante y fue aportada por el Observatorio Vial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.

La investigación relevó 82.545 automóviles, en 2016, arrojando que el 24% de niñas y niños de 0 a 4 años viajan bajo el Sistema de Retención Infantil (SRI), la única manera de un viaje seguro, aún en trayectos cortos. El uso de SRI reduce en un 70% los riesgos de lesiones graves y fatales en caso de que se produzca un siniestro de tránsito.

Entre las recomendaciones se postula que la estatura no debería superar la altura de la butaca por ningún motivo, como tampoco que deje de utilizar parte del cinturón (arnés) del SRI, cuando su tamaño no se lo permite. Las butacas infantiles tienen distintas formas de poder sujetarse al automóvil. La primera, y la más difundida, es la que utiliza el cinturón de seguridad de las plazas traseras del vehículo.

En Argentina no es posible trasladar a menores en las plazas delanteras. Hasta el año de edad, como mínimo, la butaca debe colocarse en sentido inverso a la marcha. Esto se debe a que el cuello del bebé no es capaz de soportar el peso de su cabeza. Entonces, colocado en sentido inverso a la marcha y en caso de una frenada brusca, la cabeza es retenida por el propio respaldo de la butaca. Al momento en el que el pediatra sugiera el cambio de posición, recién ahí podemos trasladar al bebé en el sentido de marcha.

Antes de comprar la butaca conviene chequear si cuenta con la homologación correspondiente. Se puede consultar el dato en el Programa de Evaluación de Sistemas de Retención Infantil (Pesri) para América Latina y el Caribe.

Fuente: Prensa Río Uruguay Seguros.