El objetivo es formar a la ciudadanía en varios oficios. Durante la pandemia, trabajadores y trabajadoras de Ezeiza brindaron asistencia a comedores, y ayudaron en la gestión de trámites, entre otras tareas.

Asociados y asociadas de la Cooperativa de Trabajo 8 de Octubre de Ezeiza Limitada, debieron poner pausa a la conformación del centro de formación de oficios para salir a los barrios a asistir a comedores familiares, brindar asesoramiento sobre la gestión de trámites, y focalizarse en las mujeres que sufren violencia de género.

En diálogo con El Portal de Las Cooperativas, la presidenta de la entidad, Zulema Iriarte, realizó un repaso de los inicios y de los objetivos que aún persiguen: “En el 2010 planteamos la necesidad de contar con un centro de formación profesional de oficios porque no había. Nuestro objetivo como Cooperativa y organización siempre fue la necesidad de crear un espacio de capacitación”.

“Tras un intenso trabajo, solicitamos un predio, el cual nos fue cedido para poder armar las aulas. Nuestra Cooperativa ha estado dedicada a la construcción edilicia siempre con el objetivo de armar una escuela de oficios”, aclaró.

En este marco, la máxima autoridad, precisó: “Como mujer, siempre estuve interesada en que también sean parte de los cursos las vecinas porque son ellas, muchas veces, las que necesitan contención y aprender un oficio. Todas armamos cursos de herrería y electricidad, saliendo del convencionalismo de peluquería o costura. Tuvimos muy buen impacto”.

La llegada de la pandemia cambió los planes de la Cooperativa y de sus 30 asociados y asociadas, pero el entusiasmo por continuar ayudando al prójimo se despertó aún más. De esta manera, desde hace varios meses, 8 de Octubre se puso al hombro una destacada labor social que constó de la asistencia a comedores escolares, y asesoramiento para la gestión de trámites ante la Anses y otros organismos. Además, ahora se encuentran enfocados en el regreso del dictado de los cursos y en la realización de una huerta comunitaria.

“Queremos dar respuesta al tema de la alimentación y de ahí empezaremos a proyectarnos y continuar con la construcción”, adelantó Iriarte, con sumo entusiasmo.

A continuación detalló que también han generado un espacio de operadoras sociales de género, y un grupo destinado a la ayuda de migrantes. “Estamos haciendo mucho asesoramiento y consultoría a muchas compañeras que no tienen herramientas sobre el uso de internet, y las acompañamos con los trámites de Anses. Además, trabajamos duramente sobre el tema de la violencia de género que, lamentablemente, se ha duplicado”.

“Nuestra labor social siempre está latente, y nos capacitamos para poder ayudar en casos de violencia de género. Hemos podido llegar a más de 600 mujeres, lo que nos ha convertido en referentes de género en el Distrito. Ahora nos toca proyectar la pos pandemia y el cumplimiento de los programas sociales en nuestro territorio”, concluyó.