El plantel de trabajadoras y trabajadores de la confitería marplatense Boston analiza las posibilidades de autogestionarse luego de tres años de lucha y conflictos laborales.

A un año de la reapertura, en la famosa Confitería Boston en Mar del Plata no descartan la posibilidad futura de conformarse en una Cooperativa de Trabajo. Por el momento la empresa es administrada por un síndico. Sin embargo, la jueza Patricia Gunsberg declaró la “quiebra con continuidad laboral”, que permite que la compañía sea adquirida por otro grupo empresario.

Con relación a la posibilidad de convertirse en una empresa solidaria, Lucía Acuña, una de sus trabajadoras, aseguró que “también lo tenemos en cuenta. Si esto no se puede vender en vez de rematar todo con toda la deuda que tiene, hacerlo cooperativa nosotros. Eso no está descartado, está latente”.

A su vez, también remarcó que “para nosotros sería también mejor que se pueda vender y que cobre la gente que quedó afuera, que es mucha también. Y el día de mañana ver qué pasa, si se puede hacer una cooperativa”.

Actualmente, la confitería cuenta con 22 trabajadores activos, que en el contexto de pandemia trabajan menos horas y, por ende, perciben menos dinero.

Los inconvenientes en la empresa Boston comenzaron en el invierno del 2017 con la falta de pago de los salarios. Luego de meses de lucha y más de 70 despidos, en junio de 2018 se inició la toma del local de la calle Buenos Aires. Finalmente, el 1 de junio de 2019 se logró reabrir la sucursal frente al Casino, cuando la Justicia la dejó en manos de un síndico y se la retiró temporariamente a sus originales dueños, los hermanos Juan Manuel y Pablo Lotero.