Un grupo de mujeres egresadas de la Unidad Penitenciaria N.º 4 de Santa Fe transformó su futuro mediante el trabajo asociativo. Impulsadas por equipos de reinserción, en 2020 iniciaron el proyecto de un lavadero autogestionado. Así nació la Cooperativa de Trabajo Manos Libres Ltda.

Comenzó con ocho socias fundadoras que, con acompañamiento de la Universidad Nacional del Litoral y asesores, superaron trámites burocráticos e impositivos. Obtuvieron equipamiento inicial mediante un capital semilla de 200 mil pesos.

“Nosotras competimos en el mercado como cualquier empresa: pagamos alquiler, servicios y nos sostenemos con nuestro trabajo”, explicó su presidenta, Sandra Valdés.

Hoy son diez mujeres de 45 a 55 años especializadas en blanqueamiento, desmanchado y planchado. Atienden a particulares, comercios, clubes y empresas. Desarrollaron una rutina laboral organizada con roles definidos y compromiso con sus herramientas.

El proyecto recibió respaldo del Programa de Economía Social y Solidaria de la UNL. También apoyaron el Conicet, el Ministerio de Ciencia y el Banco Credicoop. Estas alianzas permitieron mejorar equipos y condiciones laborales.

Además del lavado, impulsan la conciencia ambiental: reciclan aceite usado para fabricar jabones y optimizan el consumo de agua. Participan en intercambios culturales y recibieron un reconocimiento legislativo como Mujeres destacadas por su inclusión social.

LA Cooperativa Manos Libres proyecta ampliar servicios y abrir sucursales para generar más empleos. Demuestran que la reinserción es posible con organización, acompañamiento y esfuerzo colectivo. El cooperativismo fue su herramienta para construir autonomía económica y dignidad.

Fuente: Aire de Santa Fe.