Tres décadas pasaron desde la suscripción del Tratado de Asunción (26/03/91) que firmaron Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, como Estados fundacionales. A su vez, el bloque adquiere personería jurídica internacional e institucionalidad a partir de la firma del Protocolo de Ouro Preto el 17 de diciembre de 1994.
Tenía como objetivo instalar un mercado común con aranceles externos comunes y la rebaja total de impuestos internos entre los Estados que lo conformaría, para acelerar el crecimiento por medio de la integración económica y política de la región.
Fue concebido en torno a un compromiso de paz, fortalecimiento de la democracia y del Estado de derecho.
Por ello, el Mercosur fue y es un trascendente acuerdo político y de cooperación que consolidó el proceso de adhesión económica y transformación histórica más importante de América del Sur.
Cubre un territorio de 14.869.775 de kilómetros cuadrados en el cual conviven diversos ecosistemas, la población supera los 295.007.000 de personas con una multiplicidad formidable de pueblos y culturas. Representa el 9% de la superficie agrícola mundial, es decir, un total de 453.858 millones de hectáreas.
Los idiomas oficiales del Mercosur son el español, el portugués y el guaraní.
Los principales órganos son el Consejo del Mercado Común (CMC) órgano superior que le corresponde la conducción política del proceso de integración y toma de decisiones; el Grupo Mercado Común (GMC) órgano ejecutivo y la Comisión de Comercio del Mercosur (CCM) que asiste al GMC y tiene como brazos auxiliares los grupos y subgrupos de trabajo y las Reuniones Especializadas; la Comisión Parlamentaria Conjunta (CPC), el Foro Consultivo Económico y Social (FCES) y la Secretaría Administrativa del Mercosur (SAM).
En el año 2004 fue creado el Parlasur, órgano de representación de los ciudadanos del Mercosur, que comenzó a funcionar en el 2007. Así también funcionan los institutos: social y de derechos humanos; la certificación de competencias profesionales y un fondo destinado a promover las áreas más atrasadas.
Aún Bolivia no concluyó su adhesión como socia, que esperamos sea a la brevedad su incorporación como miembro pleno y Venezuela continúa suspendida. Como Estados asociados integran el bloque Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana y Surinam.
Dentro del bloque regional existen 120 universidades públicas, además de un gran número de universidades privadas.
A su vez funciona desde el año 1992 la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo, integrada por 22 universidades públicas de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. Importante base de conocimientos e investigación que contribuyen a la formación y mejor toma de decisiones.
El Mercosur, nacido en el año 1991, es la más importante iniciativa de integración que se ha concretado entre países en desarrollo.
A su vez es el segundo territorio aduanero más grande del mundo, detrás de Rusia y por delante de la Unión Europea.
En este proceso de integración no podía estar ausente el pensamiento, la acción y la potencia de la economía cooperativa, social y solidaria. Por ello, el 10 de octubre de 2001, el Grupo Mercado Común (GMC) aprobó la creación de la Reunión Especializada de Cooperativas (RECM) como órgano con representación gubernamental de los cuatro Estados Partes, que actúa en coordinación con las entidades privadas del sector cooperativo de carácter nacional de cada país. (Mercosur/GMC/RES. N° 35/01).
Los objetivos generales de la RECM son fortalecer la integración política, cultural, social y económica entre las cooperativas y desarrollar proyectos en el campo cooperativo, en especial en cuanto a: Armonización de aspectos legislativos; complementación de actividades productivas y/o de servicios; armonización de políticas públicas del sector cooperativo y la promoción de la libertad de circulación e instalación de las cooperativas en la región.
Los representantes gubernamentales de los Estados partes son: Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) de Argentina; Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (MAPA) de Brasil; Instituto Nacional de Cooperativismo (Incoop) de Paraguay y el Instituto Nacional de Cooperativismo (Inacoop) de Uruguay.
Las organizaciones invitadas con representación a nivel nacional por el sector privado son: Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) y Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar) de Argentina; Organización de las Cooperativas Brasileñas (OCB), Central de Cooperativas y Emprendimientos de Economía Solidaria (Unisol) y Unión Nacional de Cooperativas de la Agricultura Familiar y Economía Solidaria (Unicafes) de Brasil; Confederación Paraguaya de Cooperativas (Conpacoop) y Confederación de Cooperativas Rurales Ltda. (Concopar) de Paraguay y la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas (Cudecoop) de Uruguay.
Desde sus inicios trabajó en el diseño e instrumentación de políticas públicas de incidencia ante los organismos del Mercosur, los gobiernos y Estados nacionales, así como en la generación de condiciones adecuadas para la promoción y fortalecimiento de los movimientos cooperativos de la región como actores de desarrollo local y regional.
Proceso de armado y construcción de espacios que tuvo diferentes velocidades en estos primeros treinta años del bloque, con etapas demasiadas lentas para las necesidades y expectativas del sector.
En tres décadas muchas y variadas han sido las acciones desarrolladas por la RECM, en los ámbitos políticos, económicos, sociales, académicos y culturales.
A título de ejemplos y por su impacto en la integración seleccionamos dos temas de la agenda.
El primero es una asignatura pendiente, nos referimos a la norma aprobada por el Consejo del Mercado Común (CMC) Decisión 54/15 sobre “Estatuto de Cooperativas del Mercosur” que permite la constitución de cooperativas de primer y segundo grado que puedan admitir asociados domiciliados en más de un Estado parte, en igualdad de derechos y obligaciones.
A su vez, una vía organizacional para escalar con productos y servicios a nivel regional.
Con relación a esta norma restan aún transitar los pasos legislativos en Paraguay y Argentina para viabilizar la incorporación de esta decisión en el ordenamiento jurídico de estos dos Estados partes. En función de que el Mercosur tiene naturaleza jurídica de derecho internacional de distintos rangos, pero hasta hoy no tiene facultades supranacionales.
El primer país en adoptar el “Estatuto de Cooperativas del Mercosur”, fue Uruguay, que lo incorporó por Ley n° 18.723 del 31 de diciembre de 2015, luego le siguió Brasil que lo internalizó en su ordenamiento jurídico por iniciativa del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento según ley Nº 1.395 el 21 de junio de 2017 y que fue publicada en el Boletín Oficial de la Federación (DOU) con fecha 29 de junio de 2017.
Una buena señal y homenaje a los 30 años del bloque sería avanzar, acelerar y aprobar, a la brevedad, la internalización de la norma emanada del CMC en las legislaturas de Paraguay y Argentina, para que el estatuto cooperativo pueda utilizarse como mecanismo organizacional de desarrollo y elemento dinamizador de la gestión.
Tiempo suficiente hubo y en el caso de Argentina, más allá de los discursos políticos, no hubo voluntad política ni compromiso para su tratamiento legislativo.
El otro tema seleccionado, es el acuerdo alcanzado entre la RECM y la reunión especializada de agricultura familiar (REAF), donde se acordó e institucionalizó un trabajo conjunto para el “Fomento del cooperativismo y asociativismo en la agricultura familiar en el Mercosur”, para la seguridad alimentaria, el desarrollo productivo, agregado de valor en origen, logística en la cadena de distribución, innovación y visibilidad de los productos.
En el acuerdo colectivo RECM – REAF se puso especial énfasis en las seguridad y soberanía alimentaria y tomando como referencia las políticas expansivas inspiradas en el cumplimiento de los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): nº 1. Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo; n° 2. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible; n° 3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades; n° 4. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos; n° 5. Lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas; n° 8. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos y n° 10. Reducir la desigualdad en y entre los países.
Dicho acuerdo fue aprobado por el Consejo del Mercado Común (CMC), en el marco de la Dec n° 24/1 como Recomendación CMC 02/18, el 17 de diciembre de 2018.
Hoy esta decisión Mercosur en un difícil contexto de pandemia es estratégica para la producción agroalimentaria y para la provisión de alimentos saludables a precios justos, transparentes y con impacto local, en beneficio tanto del trabajo de los productores familiares asociados en cooperativas como de los consumidores finales.
Ponderando esta línea de acción el Canciller Argentino Ing. Felipe Solá expresó el deseo de que “la economía popular, la economía social y la agricultura familiar tengan capacidad exportadora”. La iniciativa forma parte del desarrollo federal de mercados de exportación para la economía popular, la economía social y la agricultura familiar. (Felipe Solá: “Queremos que la economía popular, la economía social y la agricultura familiar exporten”. Ediciones Economía Solidaria, 24/12/2020).
Sin lugar a dudas el Mercosur es una plataforma para la proyección internacional de las cooperativas y de la economía social.
Creemos que desde el sector cooperativo y de la economía social debemos caminar juntos pese a las diferencias y reconocer que hay materias pendientes de integración a las que es necesario contar con el Estatuto de Cooperativas para imprimirle mayor impulso, energía institucional y coherencia transfronteriza. Especialmente para la promoción del comercio e intercambio intercooperativos intra y extra región, que tiene muchas potencialidades y puntos de complementación empresaria en actividades productivas y de servicios.
Con respecto a la recomendación CMC 02/18 es central ganar terreno y perfeccionar la complementariedad recíproca y democrática de las cooperativas y los productores de la agricultura familiar con de propósito de alcanzar mejores alimentos, inclusión, trabajo digno y sostenibilidad desde el territorio.
A la par de constituir una oportunidad para unir y fortalecer la voz, las propuestas y la proyección de las cooperativas y de la agricultura familiar como actores claves en el Mercosur para vivir mejor.
Eduardo H. Fontenla es licenciado en Cooperativismo y Mutualismo y en Ciencia Política y Gobierno.
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