El libro Inclusiones y cooperación social en salud mental, fue lanzado para la preventa por la editorial Incluir y cuenta la historia de seis cooperativas que se armaron con usuarios de salud mental.

“Se suponía que en 2020 los neuro-psiquiátricos tenían que adecuarse a la realidad actual y proponerse que las personas internadas puedan tener una vida más autónoma, inclusive trabajar, por eso se ve a la Cooperativa como una herramienta para lograr esta inclusión social y laboral”, explicó un integrante del Consejo Editorial del Instituto para la Inclusión Social y el Desarrollo Humano (Incluir), David Burin.

Burin remarcó que las Cooperativas sociales pasan a ser ese sistema inclusivo, ya que “las empresas capitalistas e inclusive en el Estado, aunque haya una ley de discapacidad, esto es muy difícil”.

En Argentina actualmente hay unas 60 experiencias, que se fueron conectando y armando en red. En el libro se relatan seis, dos de la provincia de Chubut -en Trevelin y Esquel-, dos de Entre Ríos -ambas en Paraná-, y dos en provincia de Buenos Aires -en Temperley y La Plata.

Las experiencias están relatadas en primera persona del plural, considerando que las y los autores son un total de 15. Cada una tiene una sistematización y un relato distinto. “Es un contenido muy heterogéneo”, enfatizó el comunicador social, en su carácter de autor.

Al hojear esta obra se encontrarán también más de 200 imágenes, porque “muchas de las cosas no se pueden relatar con palabras, la imagen te trae la situación, la cara de la gente, hay mucho amor, la vida cotidiana de estas experiencias tienen cuestión de afecto y cambio personal, de cómo la gente que se va transformando”, sostuvo.

Primer paso

Estas experiencias son impulsadas por profesionales que trabajan con las usuarias y los usuarios de los servicios de salud mental, que pueden ser terapistas ocupacionales, psicólogos, psiquiatras, que ven la necesidad de hacer una actividad productiva. Por lo general, se inicia en formato taller de aprendizaje y oficios, luego se va formalizando, hasta que se plantean la alternativa de salir al mercado y los rubros son de lo más diversos.

Un ejemplo que citó Burin en la entrevista radial fue “Movida de locos, que hoy tiene siete secciones y 75 personas trabajando. Se independizaron del hospital Dr. Alejandro Korn, de La Plata. Ahora volvieron, pero con otro formato, a través de un convenio y están desarrollando una huerta ecológica de cinco hectáreas, que la institución tenía sin uso. Además, trabajan en áreas como cerámica, textil, gastronomía, vivero y tienen un programa de radio.

“La red logró que el INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) aprobase una resolución específica para Cooperativas de este tipo, que permita el multiobjeto, porque sería la forma de incluir a las personas en sus distintas patologías, van rotando hasta encontrar el rol laboral que mejor se ajusta a su capacidad o situación”, aclaró.

“Un bien para todas”

“Es muy interesante que muchas de las cosas que se aplican en estas Cooperativas les vendría bien a muchas que tienen problemas internos, tanto de conflictos como subjetividades que se cruzan, tensiones y demás. Consideramos que son aprendizajes que se pueden transferir al resto del movimiento cooperativo de trabajo, sobre cómo se manejan este tipo de situaciones con personas que se supone que estarían peor en su salud mental que los que nos llamamos normales. Incluso hay un slogan que dice ‘nadie es normal cuando se acerca un poco’”, fundamentó.

Para el autor, las Cooperativas, una vez que están formadas, buscan las capacitaciones sobre costos, comercialización, lo tecnológico productivo y “no hay un foco puesto en cómo se van manejando las cuestiones vinculares entre los integrantes y cómo se trabajan los conflictos. A veces no se trabajan los conflictos hasta que estallan, y se divide la Cooperativa y se va la mitad de los socios. Existen formatos como una intervención externa, que permita mediar entre las partes. De esto ya hay mucha experiencia”. Justamente, este es un tema en estudio para nuevas ediciones.

El eje

La asociación civil tiene 22 años y la editorial se fundó hace ocho con el objetivo de publicar libros sobre cooperativismo, asociativismo y autogestión. Está integrado por un colectivo de 20 personas, de las cuales varias vienen de alguna experiencia cooperativa. “Integré una cooperativa en 1985 cuando eran un bicho muy raro. En Capital Federal eran unas 20, hoy son 900. A partir de allí empezamos a investigar cómo es la autogestión de una cooperativa de trabajo, como es funcionar en una lógica sin patrón, cuando la sociedad te enseña a participar de organizaciones jerárquicas donde te dicen lo que tenés que hacer”, explicó Burin.

El eje de la asociación civil es investigar cómo se aprende a autogestionar y no, como se enseña porque es difícil en términos clásicos académicos. “Es un aprendizaje que se va dando en la práctica, lo que estamos haciendo es sistematizar experiencias que nos permitan ver como se aprende la autogestión”, concluyó.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en Programa Una x Semana, en Onda Latina (CABA).