La Cooperativa de Trabajo 3 R Ltda., con sede en Saldungaray (Buenos Aires), nació en 2010 como respuesta a la problemática compartida de un basural a cielo abierto entre las localidades de Saldungaray y Sierra de la Ventana. La iniciativa fue impulsada por la necesidad de comenzar a gestionar los residuos de manera responsable.

“Por eso se decidió empezar a hacer algo con los residuos que se generaban en ambas poblaciones y se comenzó en la localidad de Saldungaray con la recolección diferenciada y la separación en origen”, explicó la coordinadora de la Cooperativa, Liliana Diehl

Actualmente, ambas localidades -que juntas alcanzan un flujo turístico de hasta 20.000 personas en temporada estival- cuentan con recolección diferenciada y un fuerte compromiso ciudadano: se estima que el 70 % de la población separa sus residuos en origen. En 2024, la Cooperativa logró clasificar y comercializar 200 toneladas de residuos, transformándolos en nueva materia prima.

Reducir, reciclar y reutilizar

La Cooperativa 3 R está integrada por 12 personas asociadas que se organizan democráticamente. “No solamente brindamos un servicio, también le damos trabajo a compañeros y compañeras y a la vez cuidamos el medioambiente. Es uno solo, y lo tenemos que proteger y cuidar, no solo para las generaciones futuras, sino para nosotros mismos”, expresó la ambientalista.

A lo largo del tiempo, el conocimiento y la capacidad de reciclaje de la Cooperativa se ha diversificado. “Cuando comenzamos allá por 2010 teníamos solo cuatro clasificaciones de residuos: cartón, PET transparente, PET verde, vidrio y aluminio. Hoy tenemos casi doce”, detalló. Entre los nuevos materiales que separan se encuentran nylon de distintos tipos, hojalata, cubiertos plásticos, pilas, aceite vegetal usado y tergopol.

Articulación con escuela del distrito

Este último material es especialmente tratado y vendido en bolsas fraccionadas de 2 kg, ya sea para el relleno de futones o para la fabricación de losas livianas mezcladas con cemento. La Cooperativa también participa de un circuito cerrado con polietileno de baja densidad: el residuo se recolecta, se transforma sin uso de agua en bobinas de nylon, y vuelve a la comunidad para ser reutilizado por estudiantes de una escuela especial que producen bolsas de consorcio. “El cooperativismo funciona, y eso es lo que queremos mostrar nosotros en cada cosa que hacemos”, subrayó Diehl.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en FM La Lechuza (San Juan).

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