La Cooperativa Producciones Integrales de Comunicación Cooperativa de Trabajo Ltda. es la entidad que impulsa en General Pico la Radio Libre, cuya trayectoria comenzó en 2006, luego de que un grupo de trabajadores quedara sin empleo por decisiones empresariales ajenas al oficio.

Lejos de resignarse, encontraron la oportunidad de construir un medio propio, reunir recursos, alquilar un espacio y conformarse formalmente como Cooperativa, incluso en tiempos donde obtener habilitaciones en el sector no era sencillo. Gracias al acompañamiento legislativo de la época, lograron conseguir la licencia de radiodifusión bajo el viejo marco regulatorio.

Con el paso del tiempo, la emisora atravesó múltiples transformaciones. De aquel inicio dominado por periodistas y operadores, la radio evolucionó hacia un perfil donde la militancia social comenzó a tener protagonismo: surgieron programas de diversidad, espacios de feminismo y propuestas culturales que acompañaron los cambios sociales de cada etapa.

Los consumos mediáticos fluctuaron y, en momentos donde las playlists digitales ganaron terreno, la radio sintió el impacto: “perdíamos gente todos los días”, recordó la presidenta de la entidad, Claudia Giacobbe. Sin embargo, la pandemia marcó un retorno significativo a las voces en vivo, al acompañamiento cotidiano y al valor de la comunicación local.

La actualidad muestra un panorama mixto. Aunque gran parte de la audiencia joven sigue eligiendo formatos digitales, también crece un interés por volver a escuchar a alguien del otro lado. “Hay un anticuerpo social frente a la vida en redes”. Esta recuperación obliga al medio a reconvertirse permanentemente: sumar podcast, experimentar con streaming y aprender nuevas herramientas técnicas. La radio continúa activa porque también se actualiza.

En el plano organizativo, todos los trabajadores forman parte de la Cooperativa y la sostenibilidad económica proviene de la venta de publicidad, que se distribuye de manera solidaria. Nadie comercializa para su programa, sino para la emisora en su conjunto, una decisión que prioriza el espíritu colectivo por encima de la competencia interna. Aunque este modelo implica, a veces, resignar oportunidades, también evita los conflictos que pueden surgir cuando cada uno gestiona sus propios intereses.

La vida cooperativa, sin embargo, no está exenta de desafíos. La burocracia, tanto provincial como nacional, aparece como un obstáculo constante: balances costosos, trámites extensos y normativas que dificultan operaciones básicas, como acceder a dólares para afrontar alquileres establecidos en esa moneda. Aun así, existe acompañamiento estatal en capacitaciones, subsidios y programas de desarrollo, lo que permite sostener la estructura administrativa y continuar en regla.

Giacobbe destacó que las asambleas y la participación democrática son claves para mantener viva la organización, aunque no siempre resulta fácil encontrar quienes quieran asumir las tareas burocráticas, necesarias para que la Cooperativa permanezca al día. “Son muchos papeles y mucha responsabilidad, pero es fundamental estar en norma”, explicó.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada en Radio La Compañía (Tandil, Buenos Aires).

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