Un trabajo conjunto hace posible dar continuidad al proyecto de compostado, mientras la solidaridad impulsa una doble concientización.

Las composteras Huella Verde surgen como proyecto compartido entre la Cooperativa de Trabajo Iriarte Verde Limitada y la Cooperativa de Trabajo La Huella Limitada. Esta última fue la encargada de la construcción de las aboneras, compuestas por dos cajones hechos a partir de madera de pallets reutilizada, son encastrables y apilables.

Tienen tapa, un núcleo de lombrices y se entregan con un manual de uso con la garantía de fabricantes. Ambas partes tienen una pequeña separación entre maderas para permitir la oxigenación del proceso.

En las bases contienen un alambre tejido para dejar pasar el aire, el líquido y las lombrices que transitan entre módulos. La tapa protege el contenido de la abonera evitando moscas y el agua y sol de forma directa.

Se pueden ubicar en interior o exterior. Bajo techo hay que alejarla de la cocina o cualquier otro equipo que pueda alterar la temperatura drásticamente. A la intemperie, al reparo del sol directo y de lluvias.

Comienzo del proceso

Para el primer llenado hay que colocar en la base hojas secas, ramas finas o papel sin tinta; una capa de tierra, otra de residuos, como restos de vegetales y frutas, cáscaras, semillas, yerba, café, té, cáscara de huevos pasto, entre otros. Por último se coloca la tierra con las lombrices.

Una vez que esté lleno el cajón superior, pasa a la base para que trabaje y se agrega el cajón vacío para reiniciar el proceso. Cuando esté completo también, ya va a estar listo el primer cajón, para tamizar y utilizar el abono. El proceso finaliza cuando no se pueden reconocer los residuos porque están transformados y el humus tiene color negro y olor a tierra.

Los elementos que no se pueden compostar son grasa animal, carne, huesos, colillas de cigarrillos, excrementos de animales domésticos o de personas. Estos residuos pueden generar la visita de roedores o alguna plaga.