A 20 minutos del kilómetro cero de la ciudad de Mendoza, en Las Heras, se recuperó un barrio abandonado por una cementera para convertirlo en un complejo turístico.

Las empresas abandonadas era una postal que se repetía a lo largo y a lo ancho del país sobre el año 2000. Miles de empleados y empleadas quedaban en la calle por las decisiones del empresariado que los dejaba librados a su suerte. Pero la fuerza que caracteriza a los trabajadores y a las trabajadoras motivó para que sean protagonistas de la recuperación de las instalaciones de fábricas o de las empresas.

Este es el caso de la Cooperativa de Provisión, Servicios Sociales y Turísticos, Transformaciones y Comercialización Capdeville Limitada, que desde Las Heras pudieron recuperar un espacio para convertirlo en uno de los complejos turísticos sustentables más importante de la provincia.

La Cooperativa Capdeville es particular a la hora de hablar de empresas recuperadas. Sucede que esta organización se conformó legalmente en el año 2003, pero su trabajo y lucha se remonta a un año y medio antes. Allí un grupo de desempleados y desempleadas decidieron actuar frente a una inminente demolición de una cementera que había quedado en ruinas. En un primer momento, tuvieron la intención de reabrir la cementera pero en el estado de destrucción en la que estaba era imposible.

Solo les bastó mirar unos metros más allá. En el mismo predio había un barrio construido por la empresa que estaba destinado a los ex empleados jerárquicos, pero solo estaba la estructura de las viviendas porque habían sido saqueadas por el abandono. En un principio, quisieron que esas casas estén en manos de familias que necesitaban un techo, pero era condenarlos a vivir aislados, ya que no pasaba ningún transporte público por allí y sin movilidad era difícil echar raíces en ese lugar. Por eso, estos trabajadores y trabajadoras decidieron emprender un proyecto turístico.

En diálogo con El Portal de las Cooperativas, el presidente de la organización, Roberto Guajardo, comentó: “Decidimos armar un proyecto turístico porque este lugar está retirado más o menos a 20 minutos del kilómetro cero de la ciudad de Mendoza. Lo que resolvimos, acordándolo con la empresa inclusive, fue armar un proyecto turístico sustentable. De esa forma, empezamos a trabajar en esa función. Por supuesto, cambiando nuestra forma de vida, nuestra ideología; porque nosotros éramos empleados y no hacíamos turismo pero con capacitación fuimos mejorando y aprendiendo y, bueno, acá estamos todavía en la lucha con este tema. Ese fue el comienzo de lo nuestro”.

Desarrollar un complejo turístico con las 21 viviendas que tenía ese barrio abandonado era todo un desafío. Guajardo explicó cómo encontraron las instalaciones: “Nuestro predio está al lado de lo que era la planta de cemento, era un barrio, que medianamente estaba armado. Cuando nosotros llegamos, era un barrio fantasma, porque estaba totalmente saqueado: no había marcos, no había ventanas ni puertas, había pisos rotos, no había una llave de luz ni cables, ningún baño había quedado instalado. Lo que había estado expuesto a la mano de la gente fue saqueado completamente”.

Para comenzar con su proyecto debían realizar dos transformaciones. Por un lado, lo edilicio del lugar, es decir, reparar las viviendas para que sean habitables. Por otro lado, empezar a formarse y capacitarse en turismo. Al respecto, el presidente de la Cooperativa, dijo: “Nosotros tuvimos que reparar desde un tipo obra gruesa a la finalización del trabajo para dejarlo en condiciones. Eso se hizo a través de un acuerdo entre el municipio de Las Heras, la planta de cemento y la Cooperativa en formación, donde convenimos reparar el predio”.

En cuanto a la capacitación en turismo, fue muy difícil para ellos y ellas. Pues no contaban con esos conocimientos y tuvieron que realizar cursos y charlas para poder empaparse del rubro. En ese sentido, Roberto Guajardo, contó: “Ninguno de nosotros sabíamos lo que era el turismo, aunque nos gustaba el turismo, pero disfrutarlo y no hacerlo. Más allá de eso, no teníamos los conocimientos y fue bastante difícil, hasta el día de hoy cuesta”.

El complejo, ubicado en calle Rampi, a dos kilómetros de la Ruta Provincial N° 52, cuenta con cabañas de 1, 2 y 3 habitaciones totalmente equipadas, con cochera; pileta de natación para adultos y niños, churrasquera, cancha de fútbol 8, frontón de pelota paleta y salón de usos múltiples con capacidad para 250 personas.

En la actualidad, están en plena temporada de verano. Si bien por la pandemia tuvieron que estar sin actividad, tienen todas las ganas para seguir avanzando en un rubro que, en un comienzo, no tenían los conocimientos y que ahora es una de las Cooperativas de turismo más reconocidas de Cuyo.